“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

NOTICIA
  • 'Gregorio', película peruana de 1982. Foto: Festival de Cine de Lima Foto del autor


    Salvador del Solar defiende el cine peruano y la identidad cultural: "Somos el país de Gregorio"
    Por Melani Vargas

    En una entrevista en exclusiva para el diario La República, conversamos con el actor y cineasta Salvador del Solar sobre su nuevo proyecto en el Perú. Asimismo, le consultamos sobre la ley Tudela, promovida por la congresista Adriana Tudela, cuyo objetivo es que las películas que postulen al financiamiento público solo puedan acceder a la mitad de su costo total de su producción, algo que muchas compañías no pueden conseguir, por lo que buscan un aporte económico estatal más amplio.

    Cabe destacar que, Salvador del Solar también fue exministro de Cultura, durante el período de gobierno del expresidente Martín Vizcarra. Además, Salvador lleva años trabajando y participando en la industria del cine peruano.

    —¿Qué opinas acerca de este proyecto de ley Tudela, que no favorece a la industria del cine peruano?

    —Son muchos los países que saben lo que significa que su cinematografía se proyecte al mundo. Los beneficios no son solo económicos, son también económicos a nivel de generación de empleo, a nivel de imagen de país, pero en lo personal no son los beneficios que a mí más me importan. El beneficio de que una cinematografía se proyecte al mundo es que un país encuentra un espejo potente en el que verse, un espejo en el que está su realidad, en un país como el nuestro, la más compleja, diversa.

    Nosotros somos el país de "La boca del lobo", somos "Gregorio", somos el país de "Asu mare", somos el país de "Wiñay Pacha", y lo podemos decir a pesar del poco apoyo que tenemos para nuestro cine. Nosotros nos vestimos como occidentales, como norteamericanos, bailamos música norteamericana fundamentalmente, y no nos damos cuenta de cuánto de esa influencia tiene que ver con una política cultural inmensa que nos hace mirar a un país como referente y mirarnos menos como autorreferentes.

    No hay industria como la audiovisual, que tenga el potencial de que un país se reconozca a sí mismo en sus bellezas y en su fealdad, en sus virtudes y en sus defectos, en sus sueños y en sus pesadillas, pero al menos con una referencia propia, al menos reconociendo. Somos así de diversos. Tenemos estas brechas, tenemos estos problemas pendientes, tenemos este talento, estas potencias. Entonces, no debiera ser tan difícil como está siendo convencer a las personas que tienen la capacidad de hacer que además un país como el Perú, que es uno de los pocos en el mundo, que es cuna de civilizaciones, que es un referente cultural a nivel global, pueda contar con las mejores herramientas posibles para potenciar su cine.

    Entonces, más allá de las discrepancias ideológicas, que son válidas. No perdamos de vista que la industria cultural, más allá del aspecto industrial, que genera tanto empleo y tanto beneficio, en el aspecto cultural, tiene que ver con la identidad, en nuestro caso, de uno de los países culturalmente más poderosos del planeta. Es un error no potenciar. Estamos perdiendo algo cuyo potencial es beneficio de todos los peruanos.

    —¿Cuáles son las sorpresas que veremos en "Ramón"?

    —Estamos en mitad de rodaje. Es un proyecto que venimos desarrollando hace más de dos años, que he tenido la fortuna de coescribir con Héctor Gálvez, a quien considero un gran actor de nuestro cine, en esta producción de Tondero, que ha apostado por esta historia, que es una historia que busca explorar el regreso de una persona a la ternura. Una persona acorazada por diferentes razones, que se ha querido fortalecer, hacer fuerte, sentirse fuerte y hacer como que ninguna de las heridas de su vida realmente lo han mermado, para descubrir en el contexto de la pandemia, específicamente el confinamiento que nos vimos obligados de pasar en la pandemia, y que hay cosas de las que no puedes huir siempre, no puedes escapar. Ese encierro lo obliga a confrontar todo lo que tenía pendiente y cómo seguir su vida.

    Creo que la pandemia, para quienes hemos tenido la fortuna de seguir aquí, significó una oportunidad de revisarnos, cuestionarnos de algunas preguntas sobre la rutina diaria. Entonces, es una exploración de esos asuntos pendientes, y en el caso del protagonista, que se llama igual que su padre, que también se llamaba Ramón, es una exploración de las heridas pendientes que quedaron con su padre, que ya no está.

    —Has participado en distintos proyectos, como: "Magallanes", "Pantaleón y las visitadoras", ahora, "Ramón", ¿Cuál es su favorita?

    —Es bien difícil, es como cuando te preguntan si algunos de tus hijos o de tus hijas es tu favorita. Creo que quienes somos papás, por ejemplo, sabemos que encontramos algo especial en cada una, en mi caso, de mis hijas, y sí, obviamente, yo tengo una gratitud infinita por "Pantaleón", por lo que significó para mí como actor, como persona, por las puertas que me abrió. Es una película que este año cumple 25 años. El tiempo va pasando, obviamente, "Magallanes" significa algo muy especial para mí, también fue un proceso de poco menos de una década de escribir ese guion, conseguir el financiamiento, realizarla y conseguir que se sumaran a ese proyecto. Artistas de la talla de Magali Solier, Damián Alcázar, Federico Luppi, Bruno Dar, Liliana Trujillo, Tatiana Astengo, por no mencionar a productoras, como Tondero o como Cepa de Argentina, como Proyectil de Colombia, que reconocieron en ese trabajo un potencial que yo espero haya sido ratificado en el viaje que tuvo Magallanes, no con Ramón, siento algo muy similar. Creo que en todo caso puedo decir que tengo la fortuna de haber participado en algunos proyectos que quiero tanto.

    —Ahora sabemos que este es un proyecto en conjunto. Sin embargo, quisiéramos saber el trasfondo de Ramón. ¿Cómo surgió? ¿Cuál fue la inspiración?

    —Esto se inspira en una historia real que me confiaron y que me pareció muy interesante, y que, luego, colocamos en un contexto ficticio y al que agregamos otras historias que sentíamos, que acompañaban muy bien esta historia. Una de las cosas que más me entusiasmaron de la posibilidad de Ramón es que la historia real que me contaron y me confiaron me conmovió inmediatamente. Me pareció que es una historia necesaria de contar, que vivimos en tiempos que necesitan de historias como estas, de personas que son capaces de cuestionarse lo que supuestamente es incuestionable, de ir más allá de las fronteras, de lo que se supone que es el comportamiento aceptado y de atreverse a revisar dolores, que uno podría decir que es más fácil evitar.

    Sin embargo, al otro lado de ese dolor de enfrentarlo, hay una o puede haber una recompensa sin la cual podrías sentir que tu vida no tiene del todo sentido.

    (Fuente: larepublica.pe)


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