“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

NOTICIA
  • FOTO Mauricio Cortés y Enrique Renta, directores creativos del proyecto, posan junto a los personajes creados para el cortometraje. (Suministrada)


    El “stop motion” al estilo de “Pinocho” llega a Puerto Rico en campaña de: Adopta Ahora
    Por Víctor Ramos Rosado

    Jorge es un niño de ojos grandes y antenas largas. Tiene los cachetes rojizos y llenos de pecas. En la boca lleva siempre moldeada una sonrisa gentil. De su espalda sobresalen un par de alas pequeñas y viste un poncho púrpura con el que cubre su diminuta figura. De su espalda baja sobresale un tipo de rabo que emite luz. Y es que Jorge también es una luciérnaga.

    En una pequeña habitación, Jorge prepara su maleta. Está por emprender un importante viaje. Afuera, sus amigos lo esperan para celebrar uno de los momentos más importantes de su corta vida. Gallos, mariposas, colibríes, y reptiles aguardan atentos mientras una familia de zorros llega a buscarlo. Mamá, papá y sus dos nuevos hermanos lo reciben con ansias y un cartel que lee “Jorge, bienvenido a la familia”.

    De los ojitos de Jorge empiezan a brotar lágrimas. Uno de los zorritos, su nuevo hermano, corre a abrazarlo mientras sus amigos aplauden. Esa noche, Jorge, la luciérnaga, duerme por primera vez en su propia cama junto a sus hermanitos. Jorge tiene, por primera vez, una familia.

    Esta es la fábula que ilustra la nueva campaña de la fundación Adopta Ahora, que lleva por nombre “Sueños”. El cortometraje de menos de dos minutos es una pieza creada con animación “stop motion” producida por el mexicano Luis Téllez, quien fungió como supervisor de la segunda unidad de animación de la película “Pinocho”, de Guillermo del Toro, considerada uno de los mejores filmes del 2022 y ganadora del premio Oscar al Mejor Largometraje Animado.

    “Es un honor participar en un proyecto así porque trasciende en otros ámbitos que tienen que ver con lo social”, expresó Téllez a El Nuevo Día sobre su participación en este corto cuyo desarrollo estuvo a cargo del equipo creativo de DDB Latina.

    “Yo desde pequeño, como casi todos los niños, hacía dibujos y muñecos de plastilina. Pero por ahí hubo un trauma familiar. El hermano de mi padre falleció en una bicicleta, lo atropellaron, entonces ese fue un trauma que permeó a toda una generación siguiente y nosotros teníamos prohibido salir a la calle. Entonces vivíamos en un departamento muy pequeño, de cuatro paredes casi, y no jugábamos nada. Y yo recuerdo que con mi hermano, nuestra forma de jugar era a través de la plastilina”, recordó sobre sus inicios en el mundo de la animación. “Todos los días por la noche, mi mamá nos daba un espátula para limpiar la plastilina del piso porque dejábamos un mugrero”.

    Téllez contó que su interés inicial no estaba en las artes. “Por un tiempo que de pronto, no sé por qué, me perdí vocacionalmente y llegué a estudiar una carrera tan sospechosa como la ciencia política. Entonces, de pronto ya estaba ahí, en la universidad, que después me sirvió mucho a nivel metodológico para plantear proyectos”.

    Pero en ese proceso halló una pasión inesperada por el séptimo arte. “Cuando descubrí el cine me volví loco y me obsesioné con ver películas. También me invitaron a ver un ciclo de Jan Švankmajer, que es el gran director checo, y cuando vi su obra, era ‘stop motion’ y era muy diferente al cine que yo había conocido antes de animación. Y saliendo de ese ciclo me fui corriendo. En cuanto lo vi dije ‘yo puedo hacer eso’. Sentía que ahí confluían muchas cosas que me interesaban y una de ellas también era contar historias”.

    El animador habló sobre qué es lo que hace al medio del “stop motion” uno tan especial y que genera tanta admiración. “Yo creo que eso es como la magia del ‘stop motion’. Y que es algo que es tangible. Es muy cercano a nosotros. La cámara es una especie como de piedra filosofal, como de alquimia que trastoca los objetos y que no vuelven a ser los mismos después de pasar por la cámara y convertirlos en piezas animadas. Entonces creo que eso es algo que me recuerda incluso a los juguetes, a todo lo que tocábamos cuando éramos niños. Y es maravilloso”, dijo.

    Téllez también recordó un tiempo en el que se pensó que ese estilo de animación enfrentaba la posibilidad de la extinción. “Cuando surgió ‘Shrek’ y todos estos proyectos increíbles, tenía tanto nivel de definición de texturas que se pensó que iba a ser la muerte del ‘stop motion’. Pero pasó algo muy similar a la fotografía y la pintura. Cuando surgió la fotografía decían que era la muerte de la pintura. Pero lo que sucedió fue que la liberó, la liberó de su compromiso con la realidad. Entonces, ahora también el ‘stop motion’ frente al 3D ya no es un efecto especial, ya es un medio para contar historias de manera legítima por sí misma. Y eso creo que sigue maravillando a mucha gente”.

    La historia de Jorge la luciérnaga, explicó, surgió de un proceso creativo intenso y de mucha comunicación entre el equipo de DDB y el artista. “Desde un principio, queríamos con el personaje, en comparación con los otros amigos de este universo, enfocarnos en su mirada y en sus expresiones, en lo que estaba sintiendo y en sus sueños”, sostuvo. “Es una historia con varios retos de complejidad, dado la brevedad de la misma. Aquí era muy importante que hubiera una fauna como muy diversa. El centro de la historia es que son familias diferentes. Los zorritos son diferentes a Jorge, que es una luciérnaga, pero todos los demás personajes también son diferentes y todos merecen una familia”.

    Por su parte, Mauricio Cortés, director creativo de DDB Latina para Puerto Rico, habló sobre los retos de trabajar en un proyecto de esta envergadura. “La pieza en sí ya es un reto. Primero porque la problemática a la que nos estábamos enfrentando es una reducción de información a una pieza cinematográfica que requiere tanta dedicación, pues ya tiene niveles de complejidad súper altos”.

    “Esto es una pieza artística desde su concepción, desde su parte gráfica, desde su pensamiento, desde sus análisis, desde el trasfondo. ¿Por qué poner una fábula y no usar personas reales? Estamos protegiendo a las familias, estamos protegiendo a la gente, estamos protegiendo a los niños. Ahí hay un reto de cómo cuento una historia que conecte a las personas, que me hable de adopción sin yo poder mostrar niños que son los que realmente están afectados”, continuó.

    Cortés estuvo a cargo del desarrollo de este proyecto que, según explicó, tomó 1,440 horas de trabajo. “Esos son los retos cómo comunicar. Cómo liberarse de esos estereotipos de comunicación, cosas tan sencillas por las que pasamos. ¿De qué color es la piel de Jorge? ¿De qué color debería ser la piel? O temas como qué tipo de fauna debería tener. ¿Es la fauna de Puerto Rico? ¿Es una fauna global? ¿Es una fauna local?”, dijo.

    También expresó que trabajar de la mano de Téllez fue una experiencia increíble de la que se sentía muy agradecido. “Lo único que me queda por decir es una completa admiración por la obra de Luis y lo que hizo. Hizo que la pieza volara gigante”.

    Enrique Renta, quien funge como director creativo de DDB, habló sobre la motivación principal detrás de la creación de este corto.”Queremos mover a las familias a que abran su corazón a aceptar. Primero, considerar la adopción de niños mayores”.

    “Cuando ya tienen una edad hay una serie de prejuicios y de creencias que hacen mucho más difícil que las familias se abran a adoptar porque esos niños muchas veces tienen traumas o tienen un pasado con muchos problemas. Nuestra intención es despertar ese interés por la adopción. En segundo término, si la familia no puede adoptar, quizá puede por lo menos hacer trabajo voluntario para la fundación, o puede donar dinero para fortalecer la fundación para que siga haciendo su labor”, dijo.

    Asimismo, Téllez se mostró esperanzado por el futuro de este tipo de animación en Latinoamérica. “Yo creo que es una tarjeta de presentación increíble poder formar parte de una historia tan hermosa como la que nos invitó Guillermo a crear juntos, aportar un granito de arena, y creo que se abren posibilidades de una tradición que no solamente es de México, sino de América Latina, de creadores. Que se puede dar el salto a ese tipo de presupuestos y de producciones”.

    “En Puerto Rico hay cientos de niños y jóvenes entre las edades de 6 a 17 años en espera de ser adoptados. Muchas personas desconocen este dato y es nuestra labor y compromiso visibilizar sobre este tema. Nuestra labor también incluye ayudar en el proceso a las familias que desean adoptar un sueño, un sueño que estamos seguros de que es el más anhelado por estos niños y jóvenes”, comentó por su parte Sylvia Villafañe, presidenta de Adopta Ahora.

    (Fuente: elnuevodia.com)


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