“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano.
Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)
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El cine escrito de Isaac León
A Isaac León Frías lo conozco desde hace cuarenta años. Nuestro vínculo fue siempre el cine y la crítica de cine. Chacho dirigía una de las revistas más importantes de América Latina de aquella época, y quizás de todas las épocas: Hablemos de Cine que fundó y dirigió desde 1965, y que en 70 ediciones permitió que conociéramos mejor el cine latinoamericano que por causa de dictaduras o por barreras de distribución, solamente veíamos en festivales y en cinematecas.Contribuí alguna vez en Hablemos de Cine pero eso no fue lo más importante de nuestra relación profesional y de amistad en la década de 1970, sino la participación de Chacho en la primera obra monumental sobre el cine latinoamericano Les cinémas d’Amérique Latine (1981) que coordiné junto al crítico de cine francés Guy Hennebelle: el primer libro que se ocupó de todas las cinematografías de la región, incluso de aquellas que aparentemente no existían, aunque, como pudimos demostrar en este libro, sí existían pero en muchos casos casi clandestinamente.
Guy y yo encomendamos el capítulo sobre el cine peruano a Isaac León Frías. No existía en Perú nadie que conociera tan profundamente y con un sentido crítico tan agudo el cine de su país. Otro peruano notorio escribió el prefacio del libro, el escritor Manuel Scorza, quien doce años después falleció en un accidente de aviación junto a Marta Traba, Jorge Ibargüegoitia, Ángel Rama y otros intelectuales latinoamericanos que viajaban a un congreso.La crítica de cine y los ensayos publicados en revistas y periódicos suelen extraviarse en la hojarasca, se los lleva el viento. Isaac León Frías ha escrito tanto sobre cine que solo podemos darnos cuenta de ello cuando vemos esos estudios reunidos en libros, dos de los cuales se presentan en La Paz esta semana: El nuevo cine latinoamericano de los años sesenta (2012) y Tierras bravas: cine peruano y latinoamericano (2014). Es un lujo contar en Bolivia con la presencia de Isaac León Frías y con estos dos libros fundamentales para entender el cine de nuestra región.
Tierras bravas es un una obra de rescate. Incluye dos partes que dividen aritméticamente el libro: una sobre el cine peruano y otra sobre el cine latinoamericano. No es solo una colección de críticas de películas, sino un ordenamiento de ensayos que abordan diversos aspectos del cine de nuestra región y del peruano en particular. Empieza, precisamente, con una versión en castellano del capítulo histórico que Chacho escribió para Les cinemas d’Amérique Latine. Otros textos analizan la ley de cine, los problemas de producción de cortometrajes y largometrajes, y hay un excelente capítulo hasta ahora inédito sobre la crítica cinematográfica peruana. La selección de críticas de películas, desde la pionera Kukuli (1961), hasta La yunta brava (1999), pone en perspectiva los estudios anteriores.La segunda parte dedicada al cine latinoamericano está estructurada de manera parecida. Se inicia con un excelente ensayo, también inédito hasta ahora, que intenta abarcar las fuentes bibliográficas y documentales para el estudio comparado de las cinematografías de la región y luego le dedica sendos capítulos al cine de Cuba, México y a películas emblemáticas de otros países.
El nuevo cine latinoamericano de los años sesenta es una bocanada de aire fresco para la memoria, pues trae de regreso de una manera crítica y analítica, lo que fue ese gran movimiento de renovación del cine de la región, que a pesar de dictaduras y dictablandas y a pesar de no existir posibilidades materiales óptimas, dio paso a la emergencia de un cine rico e innovador que paradójicamente no se pudo ver inmediatamente en América Latina, sino en festivales europeos.En 474 páginas Isaac León Frías hace una revisión exhaustiva y crítica de lo que fueron aquellos años y aquellos cines que reclamaban independencia política y comercial. Hace una crítica de la noción del "nuevo cine” porque efectivamente, hubo experiencias independientes y renovadoras anteriores, pero con el cine latinoamericano sucedió algo parecido que con el "boom” de la literatura, se convirtió en movimiento, en tendencia, y ocupó todos los espacios que no estaban suficientemente ocupados.
Lo novedoso del nuevo cine latinoamericano es que comienzan a emerger cinematografías en países donde antes no existía una producción de cine regular. Países que no tenían una tradición de cine de pronto se unen a una corriente que ya no representa solamente a los países de manera individualizada, como había sido hasta entonces, sino a una región con voracidad de cambios sociales y políticos.Cuando el llamado nuevo cine latinoamericano adquirió carta de ciudadanía, dejó de ser lo que fue en su inicio. El Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, creado en 1979, lo consagró y lo incorporó en los cines nacionales apartándolo del cine independiente. El rótulo de "nuevo cine latinoamericano”, como señala Isaac León Frías, permitió un mejor marketing internacional de todo el cine proveniente de la región.
Chacho León trata de ofrecer una visión integradora de las cinematografías latinoamericanas. Su libro pretende "aportar luces para entender un poco más qué ocurrió en esos años de conmoción en algunos de nuestros países, cómo se perfiló la noción de un nuevo cine, en qué medida se diferenció del anterior, qué alcance tuvo, cuáles fueron sus rasgos distintivos y sus diferencias”. La primera parte del libro es informativa, mientras que la segunda revisa aquellos filmes que fueron innovadores, y la tercera profundiza en el análisis.
Los dos libros de Isaac León Frías se presentarán en la Cinemateca Boliviana el miércoles 23 de julio a las 19:00.
Lo novedoso del nuevo cine latinoamericano es que empiezan a emerger cinematografías en países donde antes no existía una producción de cine regular.
(Fuente: www.paginasiete.bo)
