“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • Entrevista realizada a Pavel Giroud
    Por Joel del Río

    ¿Es La edad de la peseta, para ti, un trabajo de encargo, la oportunidad simplemente para hacer un largo o te sientes motivado por el guión de Infante? ¿Qué mecanismos emotivos, personales, creativos activa en ti esta historia?

    Hay de todo. Comenzó como un encargo, por llamarlo de algún modo. Había un guión seductor dando vueltas y tanto el autor como el productor veían bien que yo me incorporara a él como director. Para nadie es secreto que yo andaba loco por rodar mi primer largo; pero esa locura no era tanta como para impedirme ser cauteloso a la hora de escoger un proyecto ajeno.
    El proceso que llevamos a cabo en común estuvo más en función de mi perspectiva, lo cual fue algo que quedó muy claro siempre. Trabajamos muy rápido, dándoles carácter a personajes que tenían fugaces apariciones; atando cabos sueltos; creando simetrías narrativas (un elemento sin el cual no concibo el cine). Fue un proceso muy cómodo para ambos. Yo, sin intentar cambiar su historia, aun cuando me atreviera a alterar las situaciones, y él adecuándose a mi focalización de ella, un proceso elemental en cualquier matrimonio guionista-director y que a veces no funciona porque alguno hala más para su lado. Creo que fue clave el hecho de que Arturo es bastante desprendido y yo soy lo suficientemente adaptable como para no llevar la nave hacia una ruta ajena a la que él se propuso.

    Comencé esta respuesta diciéndote que hubo de todo. El comienzo fue un encargo y ha terminado por ser el amor de mi vida como creador.

    ¿Cómo tienes pensada la imagen de la película para dar la época, el pasado, y cuál será el método que emplearás para dirigir a un niño y a una actriz mayor, consagrada y absolutamente conocedora del medio?

    Puedo concentrarme más en la primera parte de tu pregunta y quizá la segunda te la conteste terminado el rodaje. No tengo pensado para nada variar mi método de trabajo que es tan simple como adecuarme a las características de cada actor y conocer muy bien a mis personajes para saber el rango de reacción ante cada situación que enfrente.

    Yendo a lo primero que preguntas, y creyendo que es algo que pueda despertar curiosidad, tomando en cuenta que la apariencia de La Habana de hoy dista bastante de la de los años cincuenta, puedo decirte que es algo que creo tener bien claro.

    Si algo distingue a las películas que apelan a tiempos pasados es el exhibicionismo de la reconstrucción, algo que me hubiera encantado hacer, pero que me resulta imposible. Afortunadamente, me han antecedido grandes cineastas como Wong Kar Wai, que me han enseñado que basta una angulación para ubicar en tiempo y espacio a tus personajes. En La edad… todo esto está planteado desde una perspectiva minimalista; acudiendo a pequeños detalles y, por supuesto, evitando gazapos.

    ¿Piensas que será una película donde lo más fuerte será la historia, los diálogos, las situaciones, o más bien le darás protagonismo al estilo, la forma, la imagen, las atmósferas?

    Es que para que funcione una película, todos estos elementos tienen que estar en absoluta sintonía. Está concebido para que todo fluya en perfecta armonía, pero del dicho al hecho… Se sabrá cuando esté concluida.

    ¿Cuáles crees que han sido los tres o cuatro trabajos tuyos, anteriores que te han permitido sentirte seguro a la hora de enfrentar este reto, y por qué seleccionas estos precisamente y no otros?

    Mi primer corto titulado Spot, porque entendí que tenía condiciones naturales para narrar, encuadrar y seducir con la imagen; algo que hasta ese momento yo mismo desconocía. Era primera vez que manipulaba una cámara, que diseñaba una banda sonora, que dirigía a gente para que hiciera determinadas cosas frente al lente. Todo amparado desde la ignorancia.

    Otro material al que podría apelar es a uno de mis videoclips, titulado Arráncame la vida, pues con tres o cuatro elementos (un televisor, una cortina, un par de actores y un buen número musical) se logró remitir al espectador a la época de oro de la Orquesta Sensación, precisamente en los años cincuenta, concepto muy similar al que estamos manejando con esta película, y sin duda tengo que mencionar mis dos últimos trabajos en la ficción (Todo por ella y Flash), que me han dado entrenamiento; aunque sin duda, considero que cada trabajo que he hecho ha sido una inyección, aun cuando entre los que me han dejado satisfecho, aparezcan otros que verdaderamente aborrezca.

    Se dice que eres el más ocupado de los jóvenes cineastas cubanos. Relátame qué has hecho desde que terminaste Flash hasta ahora, más o menos, y qué piensas hacer hasta que se acabe el año, además de rodar La edad de la peseta, por supuesto.

    Trataré de ser cronológico y de seguro obviaré algo.

    Terminado el proceso de edición de mi historia en el filme Tres veces dos (Flash), mientras Esteban y Lester filmaban las suyas, tuve la suerte de que mi guión Emporio Habana fuera seleccionado para la primera edición de beca Fundación Carolina, para desarrollo de proyectos cinematográficos en España, tutoreado por importantes productores, guionistas y realizadores iberoamericanos. He realizado tres o cuatro documentales; uno, de apenas diez minutos, dedicado a los carteles ICAIC, titulado Silk screen; el segundo narra el proceso de grabación de un disco dedicado a Frank Emilio, donde intervienen muchos de los más importantes pianistas cubanos del momento, trabajo que comenzó como el típico making off, pero que fue creciendo y creciendo y que recién se estrenó en los días del Cubadisco y se editará en DVD por BIS music. Le doy los toques finales a un largometraje documental dedicado a Esther Borja, un proyecto que me ha dejado bastante satisfecho, y como siempre haciendo videoclips, a los que en esta última etapa no les he podido dedicar mucho tiempo y energías. He filmado y editado materiales publicitarios por encargo (encargo de verdad, no como el caso de La edad...). Además, fui editor de los cortometrajes Utopía y El intruso, de Arturo Infante, y Cualquier mujer, de Tamara Morales (trabajos que he realizado para que esos proyectos salgan adelante, pues no me considero editor). Por ahora, he tenido que rechazar algunos trabajos y posponer otros, porque mi prioridad absoluta es la película.



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Pavel Giroud


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