Antes de su estreno, su directora Ishtar Yasin conversó con Vuelta en U y habló, entre otras cosas, de los motivos que la llevaron a contar esta historia, que de alguna forma se viene escribiendo desde siempre.
¿Cuándo y cómo nació el filme?
El proyecto de esta película inició en el año 2000. En agosto de ese año iniciamos el primer viaje desde Nicaragua, e hicimos el camino con los emigrantes indocumentados que atravesaban la frontera. Por ese tiempo había ocurrido la tragedia del huracán Mitch y estuvimos en Posoltega, donde se da una emigración importante, y luego en Managua, Granada, atravesamos el Lago, algunos ríos, en fin, hasta llegar a Costa Rica. A partir de ese viaje empecé a escribir el guión.
¿Cuál es la particularidad del tema de la emigración en la película?
Este es un tema no solo de Latinoamérica, sino un fenómeno mundial. Siempre hay un país más pobre que quiere ir a un país más rico en donde se puede surgir o sobrevivir dignamente. A mí me conmovió la situación de los nicaragüenses, sobre todo las madres que se veían obligadas al abandono de sus hijos en Nicaragua. ¿Por qué? Porque en Europa se da la emigración, pero sobre todo son los hombres quienes emigran.
“Las madres se quedan con los hijos, cuidándolos. En cambio aquí, son las madres las que son cabeza de familia y tienen que abandonar a sus hijos y venirse. Eso marca una diferencia. En Nicaragua hay muchos niños al cuidado de familiares o vecinos, y esto, por supuesto, ha tenido un efecto psicosocial dramático”.
¿Son entonces los niños los protagonistas de El camino?
Fui a albergues y conocí a algunos que habían cruzado la frontera solos para buscar a sus padres. Inclusive conocí a un niño que se había venido solo con su perro hasta acá. De ahí surgió el deseo de contar esta historia desde la mirada de los niños.
La historia inicia en un lugar conocido como Acahualinca. ¿Por qué ahí?
A lo largo de todos estos años hubo tres niñas que iban a interpretar el papel principal, pero como costaba tanto la gestión de fondos, crecieron y no pudieron hacerlo. Así que seguimos buscando.
Pero en la vida todo tiene sentido y parece que esto también lo tuvo. La encargada de casting en Nicaragua fue a un barrio que se llama Acahualinca, donde inicia la película. ¿Y por qué ahí? Porque en Acahualinca, en medio del basurero municipal más grande de Managua, en donde viven 200 familias de la recolección de basura, está este barrio con un museo que se construyó alrededor de unas huellas, llamadas 'las huellas de Acahualinca. Estas son huellas de las migraciones de personas y animales de hace 8 000 años y que quedaron grabadas en ese lugar después de la erupción de un volcán. A mí me pareció simbólico que esas huellas estén grabadas ahí y las migraciones se sigan repitiendo. Por esa razón ubiqué la historia de El camino en ese barrio.
Tengo entendido que hay una suerte de paralelismo entre la niña que protagoniza el filme y la historia narrada. ¿De qué se trata?
En Acahualinca contactamos a un grupo de teatro de donde salió Sherlyn Paola Velázquez, la protagonista. A ella le dimos el papel por su talento, por su capacidad expresiva y por su mundo interior.
Ya una vez que estábamos ensayando, Sherlyn nos contó que también su mamá había partido hacía ocho años a Costa Rica y desde entonces no tenía noticias de ella.
Para mí eso fue impresionante, porque en la película eran siete años y en la realidad eran ocho. Y hasta el día de hoy no ha encontrado a su mamá. Al mismo tiempo que íbamos haciendo la película, Sherlyn iba haciendo el mismo camino que había recorrido su madre tanto tiempo atrás.