El cineasta chileno Ricardo Larraín, conocido por su obra La frontera, falleció tras una larga lucha con un cáncer linfático. Tenía 58 años. El deceso fue confirmado el lunes 21 de marzo en la noche por el ministro de Cultura, Ernesto Ottone. Larraín padecía la enfermedad desde hace nueve años.

"La enfermedad iba y venía, pero ya en los últimos meses lo atacó bastante fuerte y llevaba un tiempo en cama", dijo Guillermo Bravo, uno de sus colaboradores, al diario La Tercera. "Afortunadamente se mantuvo lúcido hasta el final y solo el sábado pasado hablamos de varios proyectos que teníamos juntos".

Con La frontera Larraín ganó el Premio Goya a la mejor película extranjera de habla hispana en 1991 y un año después obtuvo un Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín.

Sus créditos también incluyen Chile puede de 2008 y El Niño Rojo de 2014, esta última sobre la vida de uno de los libertadores de Chile, Bernardo O'Higgins. Además, dirigió teleseries y una miniserie dedicada a personajes históricos chilenos.

La frontera está ambientada en Puerto Saavedra, 770 kilómetros al sur de Santiago, y está centrada en la vida de un profesor de matemáticas relegado al fin del mundo por la dictadura de Augusto Pinochet en los últimos años de su régimen (1973-1990).

Ricardo Larraín centró el guión en el impacto que la relegación tiene en el maestro, en medio de personas y un paisaje físico tan distintos a su entorno común, que lo hacen revivir su exilio y el alejamiento obligado de su hijo. Se alejó de lo que podría haber sido una cinta panfletaria.

Larraín y Bravo crearon la Escuela de Cine de la Universidad Mayor. Bravo dijo que Larraín seguía interesado en desarrollar su proyecto de mostrar la vida de O'Higgins en el exilio y que la segunda parte de una trilogía, centrada en los amores del padre de la patria con Rosario Puga, se encontraba en etapa de producción.

"Para él, O'Higgins era una suerte de reflejo de lo que es Chile. O más bien, llevar la vida de O'Higgins al cine era también reflejar la naturaleza de nuestro país en términos cinematográficos", dijo Bravo.

Mónica Villarroel, directora de la Cineteca Nacional, dijo a La Tercera que Larraín "fue un cineasta que marcó profundamente el regreso del cine en la transición con una forma de filmar que no solo estaba arraigada en el conocimiento del oficio sino en una búsqueda de nuestra identidad en cada una de sus producciones".