La renovación  del  cine brasileño está abriendo espacio a algo que hasta hace poco parecía una utopía: La realización de largometrajes de animación. Debido à la complejidad de la producción la filmografía nacional  de animados apenas llega a la veintena de títulos. Más poco a poco van surgiendo producciones originales. Una de estas películas está ahora en carteleras: Garoto cósmico, de Alê Abreu. 

Con aires de comedia el animado desarrolla un drama: Cósmico, Luna y  Maninho  son niños de un mundo  futuro donde la vida humana está  absolutamente programada y  segmentada en varios planetas que se pierden en  el  camino de regreso a  casa. Terminan llegando al planeta Mexerica, donde funciona un pequeño circo. Allí conocerán cosas que no imaginaban que existieran.

Este es un filme de aventuras, con una  visualidad exuberante.  Se trata  prácticamente  de un  musical: la banda sonora, creada por Gustavo Kurlat, cuenta con Arnaldo Antunes, Vanessa da Matta e Belchior. Garoto cósmico está llena de creatividad  —pocas veces hemos visto tanta imaginación en el cine nacional. No obstante,  no siempre logra la comunicación. A primera vista ello se debe  al exceso de información, pero en realidad se debe a problemas de dramaturgia. La historia es  maniquea, oponiendo el  mundo tecnológico (opresivo, criminal,  discriminatorio) al  mundo da la fantasía (libre, lúdico, integrador), lo cual limita las posibilidades de desarrollo de la narrativa.

Sin embargo,  el desarrollo de los personajes es excelente y el  filme está repleto de  gags muy  divertidos, pero el pobre desenvolvimiento de la  trama y ciertos  excesos  visuales  acaban conspirando contra el animado. Pasa desapercibido, por ejemplo, el  hecho de que la obra habla de los cinco sentidos. Por otra parte, el filme es curioso, divertido y realizado con toda libertad.

Este es un filme que debe ser visto por su radical humanismo, que no oculta su convicción de que es preciso mostrar a los  niños los problemas que provoca la  uniformización de la sociedad. La bella  canción de Arnaldo Antunes aborda magistralmente el  tema. En resume el animado demuestra que existen otros universos visuales mas allá de los que se muestran en la TV o los videos  juegos.

El director Alê Abreu se graduó en comunicación social. Desde los 13  años comenzó a recibir cursos de animación. Su primer cortometraje de animación fue  Sírius (1993). También dirigió Espantalho, que ganó importantes galardones como el de mejor filme en Anima Mundi  1998. Garoto cósmico es el primer  largo del director  que ya está trabajando en un nuevo proyecto Canto latino, basado en las canciones protestas de los años 1960 e 1970.