“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA
  • Adrián López


    ANIMA o la esperanza de un sueño
    Por Ana Bárbara Moraga

    Mi generación creció disfrutando de los "muñes" cubanos, como lo había hecho antes la de nuestros padres con los animados rusos.

    Todas las tardes a las casas regresaba la calma cuando llegaba la media hora de muñequitos, en la que siempre se pasaba algo foráneo, como la serie rusa Me las pagarás, pero que básicamente se componía de las aventuras de Guaso y Carburo, dos simpáticos cachorros o de las peripecias de Elpidio Valdés, el mambí que lucha contra los españoles en la guerra de independencia cubana de 1868.

    Quizás porque la nueva generación de niños de estos días se enfrenta a un bombardeo constante de las más disímiles fuentes, muchas veces expuestos a temáticas o lenguajes que no son para un público infantil, hoy por hoy la gran mayoría de los infantes no se demora frente a la televisión mucho más que el tiempo que dure el animado extranjero de turno, dígase Dora la exploradora, o la nueva retrasmisión de Pokemón.

    Desde hace unos años el panorama animado en Cuba cuenta con la presencia de ANIMA, filial en Holguín de los estudios de Animación del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos.

    Acerca de su trabajo y situación actual conversó recientemente Adrián López, realizador y fundador de ANIMA, en exclusiva con este sitio.

    ¿En qué planes se encuentra trabajando ANIMA ahora?
    "Desde hace unos dos años ANIMA venía trabajando en un animado que se presentó ya, Abdala, y que debía ser parte de una serie llamada Oros viejos. Pero la situación del país ha cambiado y ahora estamos valorando convertirnos en una productora de audiovisual un poco más independiente, aunque no autónoma, a partir de un proyecto de desarrollo local. Entonces estamos presentando la propuesta de convertirnos en una empresa de entretenimiento".

    ¿Qué esperas de novedoso al convertirse en una empresa de entretenimiento?
    "Esperamos poder hacer cómics, videos-juegos y por supuesto poder seguir haciendo animados. Esto en aras de la comercialidad, por lo que tenemos previsto ofrecer productos que apoyen nuestra propia imagen y queríamos que la serie Oros viejos naciera con ese sentido. En primer lugar poner una serie que atrapara a los muchachos, con batallas, príncipes, sentido del honor y el deber, pero que además les dejara un mensaje en el que pensar. Básicamente ciencia ficción que es lo que estamos desarrollando.

    "Entre los productos a comercializar esperamos hacer carteles, serigrafías y pulóveres con las imágenes de esos animados, muñecos de goma, en fin, todo lo que se pueda hacer. Por lo demás, esperar a convertirnos en lo que al final se decida y pienso que ya eso sería un buen punto de partida. Entonces, creo que en ese punto una empresa como ANIMA debe orientar su producto no tanto al mercado interno como al mercado externo.

    "Nosotros ya tenemos alguna experiencia en tal sentido trabajando con coproductores venezolanos y canadienses, y creo que sería una vía para sustentar una industria artística que esencialmente está basada en imágenes".

    ¿En qué punto crees que está el animado cubano en este momento?
    "En el mundo entero el animado pasó ya de niños a adultos y de estos a ancianos porque es un producto que le gusta a todo el mundo. Es por esto que se puede ver la producción de animados por segmentos etarios. ANIMA ha tenido que trabajar para todos los públicos porque en Cuba aún no hay una segmentación de esos públicos a la hora de crear dibujos animados".

    ¿Crees que esto es una limitante?
    "No creo que sea una limitante, simplemente Cuba no había trabajado antes con ese concepto de para quién estoy trabajando. Es por eso que cuando usted ve que se produce una cantidad de dibujos animados cubanos es básicamente para niños, aunque creo que hay que definir hasta qué segmento etario sería pues, o es muy didáctico o está hecho para niños con temas que ya no son de niños, como el caso de Fernanda (serie animada que aborda las aventuras de una niña detective).

    "Esto es un fenómeno que ocurre a nivel mundial, no es una situación única de Cuba. En el mundo entero se produce para un público minimalista que no abarca el gran público precisamente por los códigos que trabaja.

    "Hay una producción muy precaria de materiales para jóvenes. No hay policíacos, épica, fantasía ni ciencia ficción. Yo creo que sería bueno retomar esto porque esa edad de la pubertad es donde uno forma sus valores, sus conceptos, y creo que de alguna forma perdimos ese segmento etario. Esos jóvenes están expuestos a un bombardeo de información que no ofrecemos nosotros y que es ocupada por el anime japonés y las producciones foráneas.

    "En Cuba se presenta la dicotomía del dibujo animado hecho por y para la televisión y el que se crea para el cine. No existe una escuela cubana de animación que te identifique el animado cubano.

    "Se ha olvidado de igual forma el cómic y a su vez, que la iniciación en la lectura en los niños se da mayormente por las imágenes. Un niño busca imágenes bonitas para ver en sus libros y a veces esos cuentos van acompañados de ilustraciones horrorosas.

    "A veces se cree que es porque no se tiene cultura de esas imágenes por parte de los niños y adolescentes, pero yo lo comprobé con Abdala, sabían decir las referencias de Star War o de otra serie porque las conocen pero no creen que esté hecho en Cuba.

    "Yo quisiera hacer obras dramáticas encumbradas, claro, pero también pienso que tenemos que trabajar para ese público de niños, adolescentes y jóvenes. Tiene que haber una industria produciendo cosas interesantes para nuestros muchachos. Nos estamos enfocando en la motivación por la visualidad y no le estamos ofreciendo a ese público una idea filosófica o un valor en qué pensar.

    "ANIMA está pasando por un momento sumamente difícil, pero creo que nos hemos caracterizado por no decir y hacer. Y si quieren llamarme soñador o loco, que lo hagan, pero no voy a rendirme, hasta donde pueda voy a defender lo que se hace aquí".

    ¿Cómo se nutre profesionalmente ANIMA?
    "A partir del talento, perseverancia, ganas de hacer. Yo confío en los jóvenes porque si uno no les da la oportunidad a ellos de probarse y superarse a sí mismos nunca van a brincar ese bache. Yo tengo un taller de animación en la Escuela de Artes Plásticas de Holguín, la que ahora es regional y agrupa a muchachos que no tienen en sus provincias dónde hacer animados. Por eso me preocupa qué pasará con ellos una vez que terminen sus estudios".

    ¿Qué es ANIMA para usted?
    "Esto es algo que vale la pena conservar. ANIMA es la esperanza. Lo veo como una vela de esperanza para los jóvenes que quieren modificar su realidad a través del arte".

    (Fuente: www.radioangulo.cu)


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