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  • Joel Novoa explora la naturaleza humana con corto Zona Cero
    Por Ángel Ricardo Gómez


    Con menos de 10 años, Joel Novoa ya estaba haciendo la foto fija de Sicario (1994), dirigida por su padre, José Ramón Novoa; luego sería extra en Huelepega (1999), conducida por su madre, Elia Schneider. Muy joven fue asistente de dirección en El Don (2006), de su padre; siendo un quinceañero rodó su primer corto y a los 17 ya presentaba un proyecto en el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC). Por cierto, antes de su mayoría de edad ya recibía sus primeras críticas negativas.

    "El CNAC aprobó los recursos para Cadena reversible (su debut como director en Venezuela) pero no me los dieron porque era menor de edad. Al año siguiente, lo volví a introducir y ganó de nuevo, de pronto había cuatro o cinco páginas web criticando la decisión sin ni siquiera haber visto la película", recuerda Novoa.

    El cineasta y abogado de 23 años estrenó anoche Zona cero, tras lo cual se lanzará a la experiencia de dirigir un largometraje, el año que viene, en una coproducción entre Venezuela, Argentina, Uruguay y probablemente un cuarto país.

    Camino a la escena del crimen, un terrorista se queda encerrado en un ascensor con la madre de una de sus futuras víctimas. Inspirada en los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, Joel Novoa reflexiona en once minutos en torno al reconocimiento del otro, la violencia, la naturaleza humana... Zona cero cuenta con las actuaciones de Erich Wildpret y Michelle Ruth.

    Joel Novoa confiesa que constituye una presión ser hijo de dos cineastas, pero se queda con el lado positivo, el contar siempre con una escuela de cine en casa.

    El joven valora en cierta medida lo que ocurre con la producción nacional, "creo que lo cuantitativo puede darle paso a lo cualitativo". Pero tiene sus reservas con el término "boom" del cine nacional.

    "Hay una necesidad de romper con lo que hicimos antes, hasta ahora estamos cubriendo defectos, haciendo películas para figurar, olvidando contar historias sencillas. Además, no se ven productos locales en el exterior, nuestras películas no van a festivales tipo A y B. No creo que haya mucho para celebrar todavía", comenta.

    Novoa cree en la formación, "es absolutamente necesario que un director de largos se forme de alguna manera; mi escuela vino de los cortometrajes... No todo el mundo se puede llamar director, yo no me atrevo a calificarme aún como director de largometrajes".

    (Fuente: El Universal)


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