Una diva es mística, es atrayente, es glamorosa, es recia, es altiva, es espontanea, es femenina, es locura, es frivolidad, es inteligencia… Y es un término que se ha venido modificando con el paso del tiempo.

Sin embargo; la escritora mexicana María E. Silanes ha decidido desempolvar el baúl de los recuerdos y traer la historia de distintas actrices mexicanas en diferentes momentos de su vida, es así que en su libro Divas, de editorial Planeta, la autora refresca la memoria colectiva con las figuras de Sara García, Dolores del Río, Andrea Palma, María Conesa, Mimí Derba y Lupe Vélez.

A manera de novela, María se envuelve en capítulos importantes de la vida de estas mujeres que son un referente de la mujer que no estaba dispuesta a la sumisión, por el contrario, daban batalla a un mundo dominado por hombres, aún en contra de las habladurías y la sociedades conservadoras de aquellos años cuando con su trabajo se hacían de un renombre en la meca de oro del cine mexicano.

La escritora por ejemplo, habla de la vejez de María Conesa, el primer símbolo sexual mexicano, una mujer amada por sus sugestivos movimientos acompañados de una sensualidad arrolladora, o de la vida trágica de Lupe Vélez que en la plenitud de su carrera, decide quitarse la vida.

”Este es un libro que trata acerca de seis divas del cine nacional y del teatro de revista, mujeres más o  menos contemporáneas que marcaron un hito en su momento y que fueron grandes personalidades, mujeres fuertes que nos dejaron recuerdos gratos y que nos debemos sentir muy orgullosos de ellas”.

Silanes explica a esta casa editorial que la idea de escribir este libro surge porque a ella siempre la ha gustado la temática de la emancipación de la mujer y la equidad de género, por ello le pareció que una actriz de esa época era un perfecto ejemplo para un libro, y cuando comenzó a investigar se dio cuenta que había muchos ejemplos donde obviamente muchas se quedaron fuera, hasta llegar a estas seis divas de las que se complementa su texto.

“Surgió el proceso de selección que arrancó curiosamente con Andrea Palma -que fue considerada la primera diva del cine nacional por su película La mujer del puerto- y de ahí me fui siguiendo con su relación con Dolores del Río que era su prima hermana.

Me encontré con Lupe Vélez, entrañable personaje que también estuvo en Hollywood al mismo tiempo que Dolores y no se llevaban para nada”. Pero María, también conectó con el tema del teatro de  revista, “es súper interesante  y quien mejor que La Gatita Blanca -María Conesa-, una mujer por la que suspiraron tantos hombres y Mimí Derba su contemporánea que tiene el mérito de ser la primer mujer en México de dirigir una película -La Tigresa-, y todas estas mujeres fueron  dinámicas que no se rendían ante nada y que decidieron reinventarse, como Sara que inició en teatro y se siguió en el cine como la abuelita de las pantallas”.

Aunque la autora se cautivó de cada una de las historias de estas mujeres, no puede dejar de sentir mayor empatía por Mimí Derba porque fue también escritora que salió avante pese a las críticas cuando escribió su primera película, “no siempre sus experimentos salían bien, pero ella se animaba a hacerlos”.

La devaluación de la palabra “diva”

María señala que en la actualidad el término “diva” ha sufrido una serie de cambios, partiendo de que a cualquier “famosa” se le atribuye el título, no obstante de que tenga talento, llevar este mote no es un regalo que se le dé a cualquier fémina que sólo cautive por su belleza o por un éxito efímero.

“Para mí una diva marca un mito, tiene un estilo, tiene una fuerte personalidad y sabe trascender, sí se aplica eso para algunas divas modernas, desde luego Salma Hayek y Ana de la Reguera, pero el problema es que el concepto de divas a veces se chotea o se usa de una manera como para definir a una mujer que es producto de la mercadotecnia o que tiene un rato de éxito y luego se olvida, o alguien muy bello que no necesariamente tiene el temple y la fuerza de estas mujeres; si se confunde, ya se le dice diva a cualquier mujer”.

¿Hayek y De la Reguera trascenderán en la historia?

Dos ejemplos nacionales actuales que llevan muy bien el rol de diva en el sentido de éxito, talento, fuerza, belleza y tendencia, sin duda alguna son las veracruzanas Salma Hayek y Ana de la Reguera.

La primera se volvió una figura importante del cine hollywodeense, es productora y filántropa, ha estado nominada al Oscar y está casada con uno de los hombres más ricos del mundo - François-Henri Pinault-. La segunda, es una mujer que ha figurado como una de las musas del mundo de la moda nacional apoyando al talento mexicano, pero también siendo una voz crítica de la política y de la sociedad actual, además de ser una promotora de las causa sociales, y sin duda para María serán buenos ejemplos para que se escriba sobre ellas en los años posteriores cuando también se vuelvan leyendas.

“Sí serían objeto de un libro, en lo particular me llama la atención el caso de Salma, que se parece un poco a esta diva como Dolores del Río al hacer su carrera entre México y Hollywood triunfando en ambos. Son mujeres muy notables, yo admiro a Salma porque ha sido también directora de cine y tiene un estilo muy único”.

SABER MÁS

María no sabe si en lo consecuente sacará un segundo volumen de Divas pues aún quedaron varios nombres en el tintero, “me gusta la historia y a lo mejor se me pasó poner el nombre de algunas de las rumberas como Tongolele, Ninón Sevilla y María Victoria, pero todavía no lo he decidido”.