“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

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  • Nuevos hábitos: Televisión e Internet
    Por Guillermo Dozo

    Hace apenas una década atrás, quienes analizaban el futuro de Internet avizoraban que “los teléfonos serán cada vez más computadoras. Ya no sólo se utilizarán como medio de comunicación sino que serán más complejos”. Estaban en lo cierto. Se necesitó poco tiempo para que los teléfonos fueran mucho más que la posibilidad de conectarse con el otro.

    El 17 de mayo es el Día Mundial de Internet y el reto de quienes aventuran sobre qué es lo que va a pasar en los próximos años es enorme porque las posibilidades se incrementan de manera exponencial y las sociedades marchan de manera sostenida hacia el uso creciente de “la red”. Uno de los usos más próximos y aún no tan demandado es el “Internet de las cosas”, es decir, aquella que nos permitirá (nos permite) mantener un stock de productos en nuestra heladera y que cuando algo se esté terminando se realice automáticamente un pedido al supermercado con el que estamos vinculados para que haga la provisión de la mercadería faltante. A partir de este simple hecho, lo que se quiera.

    Pero en el uso de Internet existe una demanda creciente de video. La aparición de Netflix potenció lo que era una tendencia y se convirtió en una necesidad. En casi todas las edades -pero fundamentalmente entre los jóvenes- el uso de este servicio es enorme. Tanto que es mensurable en todos los países (Ver cuadro). En Argentina, como en los Estados Unidos de Norteamérica, la gran demanda de Internet es para el uso del video. Más del 50 por ciento de lo que circula por la red son imágenes en movimiento y -dentro de este segmento- la porción de Netflix es llamativa.

    Límites difusos

    El reto, entonces, es qué hacer. En una reciente disertación, Gonzalo Hita, gerente comercial de Cablevisión abordó la problemática de “Los desafíos de los nuevos hábitos de consumo” ya que las empresas que proveen Televisión o Internet tienen delante de sí un enorme reto por los usos actuales. Como en la profecía de los teléfonos celulares, Hita reconoció que ambos tienden a fusionarse.

    Por ello, en la actualidad los proveedores de Internet de los Estados Unidos se encuentran en el dilema de ser dump pipe o smart pipe, esto es, un “tubo tonto” por donde las cosas simplemente pasan sin que nada o casi nada pueda hacerse o ser un “tubo inteligente” para aprovechar las oportunidades que tanto la televisión como la red brindan.

    Señalaba Hita que “las fronteras habituales entre Televisión e Internet están desapareciendo y dentro de un tiempo no se sabrá muy bien de qué hablamos” debido a que mediante un servicio de ida y vuelta los televisores serán “más computadoras” como la profecía del inicio, pero también otras pantallas (mobile, tablet, PC) ofrecerán lo que hoy es conocido como “televisión”.

    Para Hita “en los hogares cada vez se consume más ancho de banda debido a la demanda de video, pero también es cierto que la gente está y estará cada vez más tiempo frente a una pantalla -ya no sólo del televisor- con lo que el tráfico de video será inmenso debido a que existe un crecimiento exponencial en la demanda”.

    Por ello, la referencia que teníamos de una familia esperando por su programa favorito frente al televisor virtualmente ha desaparecido. Hoy, la familia se desgrana en modos de disfrutar el video de modo diferente. Mientras que los mayores siguen atados al viejo esquema de esperar el día y la hora específicos para ver, por caso, la serie o la novela preferida; los jóvenes optan o bien por adelantarse al estreno formal, o bien, esperar para ver Game of Thrones cuando disponen de tiempo o junto a un grupo de amigos. Dentro de la programación general, la TV on demand es un fenómeno creciente.

    Así, la industria, en escala mundial está a la búsqueda de soluciones para que el viejo “televidente” o “teleespectador” que migró a nuevos usos, pueda aprovechar los servicios contratados con su proveedora de Televisión e Internet.

    ¿Qué hacer?

    Una de las opciones que se barajan es la posibilidad de que cuando una persona llegue a su casa y comience a revisar qué es lo que está emitiéndose en esos momentos, cuando encuentra un programa que le interese pueda apretar un botón en su control remoto y comenzar a verlo desde el inicio. No hay que confundir acá el sistema de grabación permanente con un disco rígido que hoy se puede conseguir en cualquier proveedor de televisión por cable. No. La idea es que simplemente por un “ida y vuelta” de Internet, la persona pueda disfrutar del programa que más le guste.

    Y más. La alternativa que se busca es que esta oferta de poder ir hacia atrás en la programación esté vigente durante 24 horas. Sí. Qué cosa más habitual que cuando se llega al trabajo, mientras se comparte el primer café se haga el comentario de “¿viste la película de anoche?”. La angustia de no haberla visto desaparecerá con la opción de las 24 horas para que al día siguiente la respuesta pueda ser: “Sí, la vi, es buenísima...”.

    Como anticipa Hita, lo mismo podrá ocurrir (y ocurrirá) con las producciones mundiales que hoy son descargadas por Internet pero las empresas que proveen Televisión e Internet tendrán la alternativa de disponer la programación por una semana o por un mes. Y hasta la programación completa de un año de grandes series estarán disponibles para que el usuario las disfrute cuando lo considere conveniente.

    Hay un cambio de hábito. Es innegable y tiene que ver con nuestra vida cotidiana. Del dial-up se pasó a servicios de 50 megas. Y la televisión con su poder de “inmersión” seguirá siendo una atracción importante para quienes entienden que trabajo, diversión, y servicios pueden brindarse desde una pantalla cuya diagonal mide 32, 40 ó 55 pulgadas.


    (Fuente: Ellitoral.com)


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