“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

NOTICIA


  • Se estrena Voley, de Martín Piroyansky: un cine argentino para jóvenes

    El director, actor y guionista de Voley, que llegó el pasado 11 de marzo a las multisalas locales de Argentina, habla de su película cuyo elenco completan Inés Efron, Violeta Urtizberea, Vera Spinetta, Justina Bustos y el Chino Darín.

    En Voley, su segundo film como director y que también escribió y protagoniza, Martín Piroyansky retrata en clave de comedia el microclima juvenil de un grupo de amigos durante unas vacaciones en El Tigre. El multifacético realizador consideró un verdadero “experimento hablar a la gente joven, target al que nadie apunta dentro del cine nacional”.

    Voley es un caso particular porque no hay películas hechas para adolescentes”, sentenció el joven realizador de 29 años, que debutó tras las cámaras con la comedia romántica Abril en Nueva York, la que rodó en esa ciudad estadounidense durante 2010 pero que nunca se estrenó en Mendoza.

    “Las películas -continuó Piroyansky- son para chicos o para grandes, pero todavía no hay en la Argentina una industria que nos hable a los más jóvenes, y lo interesante de ‘Voley’ es que es una película que está hecha, dirigida y actuada por gente de esa misma edad”.

    Ambientada totalmente en una casa perdida en una isla de El Tigre, Voley relata los periplos de un grupo de amigos que viaja con el inocente propósito de celebrar Año Nuevo.

    Ellos son Nicolás (Piroyansky), Pilar (Inés Efrón), Cata (Vera Spinetta), Belén (Justina Bustos), Nacho (Chino Darín) y Manuela (Violeta Urtizberea), suerte de reversión contemporánea de la televisiva “La banda del Golden Rocket”, que desembarcan de la lancha colectiva con un arsenal de comida, alcohol, drogas y música para pasar el fin de semana.

    “La idea nació después de unas vacaciones, hace muchos años, con un grupo grande de amigos y me di cuenta de que en estas convivencias multitudinarias de chicos y chicas hay un tema grande y universal para contar”, explicó el autor de la cinta que se presentó el año pasado en el Festival de Mar del Plata.

    En su propia película, donde el actor cumple un verdadero derrotero multifunción, Piroyanski también oficia de protagonista: Nicolás, un mujeriego empedernido y orgulloso detractor de la monogamia y la institución del amor, propone festejar la noche de año nuevo en su casa familiar de Tigre.

    Junto a él viajan Nacho, su mejor amigo, junto a su obsesiva novia Belén; Pilar, su amiga con derecho a roce y dueña de una candidez desesperante; y Manuela, una belleza, invitada de último momento, que desbalancea el endeble orden natural de todo el grupo.

    “Los personajes fueron delineados con un trazo muy grueso. Quería que la exageración de cada uno funcionara como un canal para la comedia”, reflexiona este creador cuyo papel anterior como actor fue acompañando a Daniel Hendler y Valeria Bertuccelli en la película Vino para robar (2013), rodada en gran parte en Mendoza.

    La comedia que ahora nos toca se materializa en una sucesión de situaciones ridículas y potencialmente universales que se suceden entre estos seis jóvenes con una velocidad vertiginosa.

    Mientras en el grupo se hilvanan las más inesperadas situaciones amorosas y el sufrimiento -esa marca tan indeleble de la juventud- aparece y se esfuma con el mismo grado de verdad, las drogas y el sexo operan como dos variables que el realizador, fiel a su generación, despliega con una libertad absoluta.

    “Yo pienso que el motor es hablar de un tema que a mí me preocupa, como es el amor no correspondido, y la comedia es el artefacto que me permite contarlo. Es desde ese género que aparece lo incorrecto como las drogas, el sexo o lo escatológico, que son herramientas que tengo para hablar de otras cosas”, postuló.

    “Como espectador -concluyó Piroyansky- yo siempre quise que existieran películas así y, sin dudas, yo en mi adolescencia hubiera ido a ver Voley. El cine argentino siempre está rompiendo fronteras, indagando en nuevos géneros y ahora también es el turno de los más jóvenes”.

    Inés Efron, de culto
    La premiada actriz de XXY, entre otros títulos de prestigio, entró en el set de filmación capitaneado por su amigo y colega Martín Piroyansky, para jugar en el rol de Pilar, un personaje “liviano”, en comparación con otros que asumió a lo largo de su historial cinematográfico.

    “Ella es muy graciosa, está siempre en una sintonía diferente, poniendo la atención en donde nadie la pone. Es un poco naif, muy dulce y una gran amiga”, anticipa la actriz respecto a la chica que le tocó interpretar en la película. Explicó los motivos por los cuales decidió sumarse a la comedia que dirige quien fuera su compañero de elenco de XXY (2007, Lucía Puenzo) y de la más viejita Cara de queso (2006, Ariel Winograd): “El guión era muy divertido y redondo. A mí me gusta mucho el trabajo de Martín como director, confío en su mirada. Él es muy relajado, confía en los actores que
    elige y eso genera un clima de confianza y apertura.”

    La actriz consideró que, “de alguna manera, Voley habla de mi generación que, a primera vista, pareciera no tener muchos ideales pero que tiene una actitud mucho más libre y desprejuiciada sobre el sexo y las drogas. Lo que verdaderamente aparece como conflicto entre ellos es la deslealtad entre amigos”, concluyó.

    (Fuente: losandes.com.ar)


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