Hace ya seis años que el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano incluyó entre sus categorías el Premio de Postproducción Nuestra América Primera Copia, un espacio del apartado Sector Industria que se ha convertido en oportunidad invaluable para los realizadores del área.

Bajo el auspicio del ALBA Cultural, el premio permite culminar proyectos en proceso, a la vez que reafirma la vocación del Festival como garante e impulsor de la producción audiovisual del continente. Más allá de un espacio donde mostrar los trabajos e ideas recientes de los directores del patio, el certamen y, en especial Nuestra América Primera Copia, deviene especie de ejercicio de socialización, discusión y apropiación.

Solo basta citar un ejemplo de la importancia de este Premio: las películas ganadoras en el pasado año en el apartado – La salada, Vestido de novia, Venecia y No soy Lorena – compiten en esta ocasión en el Concurso de Óperas Primas.

Para esta edición 36 del Festival de La Habana , el jurado, integrado por cinco especialistas, tendrá en sus manos la compleja labor de escoger entre seis largometrajes de ficción y uno documental.

Entre ellos, una historia de violencia y fantasmas en medio de un entorno agreste, es el texto audiovisual de El hijo de la guerra (2014), una coproducción Argentina-Uruguay a cargo de la cineasta argentina Julieta Ledesma, que presenta la descarnada relación entre los integrantes de una familia rural, víctimas de la pobreza y la sequía.

Similar desintegración de los vínculos hogareños expone Carlos Leiva (Chile) en el largometraje de ficción de 96 minutos El primero de la familia (2014), el cual toma como escenario un suburbio de Santiago de Chile y como protagonista a Tomás, joven de 23 años enamorado de su hermana y a punto de abandonar el techo materno. El intríngulis de rencores ocultos y deseos reprimidos marcará el desenlace de la historia.

Producidos en suelo cubano, Caballos (2014), de Fabián Suárez, y la coproducción Cuba-España de Jessica Rodríguez, Espejuelos oscuros (2014), presentan dos relatos completamente diferentes, pero que tienen puntos de encuentro por la psicología de sus personajes. Mientras el primero aborda la dicotomía de Robi, un joven fotógrafo que deberá elegir entre el cariño de su mejor amigo y el de una misteriosa mujer, el material de Rodríguez se convierte en un paseo de máscaras, en una suerte de las Mil y una noches cubanizado.

UIO: Sácame a pasear (2013), por su parte, es el dilema adolescente de la solitaria Sara (17 años) en la búsqueda y consolidación de su sexualidad. En este filme de 70 minutos, la ecuatoriana Micaela Rueda se adentra en el mundo de la experimentación sexual en la adolescencia, a través del desarrollo de una relación lésbica entre Sara y su nueva mejor amiga.

Los uruguayos Federico Borgia y Guillermo Madeiro, sin embargo, prefirieron la temática de la vida después del divorcio. Con Clever (2013), los realizadores narran el complejo camino de la realización social y personal, a través de la historia de un instructor de artes marciales con un absurdo capricho.

Como último candidato al apoyo en recursos financieros o prestación de servicios que brinda Nuestra América Primera Copia, está Simón Hernández (Colombia), único exponente del documental en este apartado con la obra Pizarro (2014). Una trama sobre el legado familiar y sus consecuencias, que vuelve sobre un capítulo de la historia colombiana silenciado por la violencia y el miedo.

Los ganadores recibirán ayudas para ser ejecutadas en procesos de postproducción, ajustándose al fondo previsto por el premio y las necesidades de cada filme. Asimismo, se unirán a las más de 16 películas que han recibido el galardón desde su institución.