La profunda y cruda realidad de mujeres que viven situaciones de violencia y opresión, y distintas problemáticas que afrontan en su condición de género, tanto en Latinoamérica como en el resto del mundo, fueron los ejes de la 5º edición del Festival Cinematográfico Internacional Mujeres en Foco, que culminó en Buenos Aires y que mostró al cine como una herramienta de intervención social.

La muestra se centró como condición básica en películas realizadas con perspectiva de género desde donde, con el formato testimonial, de ficción, de animación y experimental, se pensó al cine "como una herramienta audiovisual pero también de intervención social que nos dé espacio para poder pensar en términos de resistencia, de cambio, de transformación", destacó a Télam la socióloga Andrea Voria, del equipo de Mujeres en Foco, organizadoras del festival.

Formas de violencia, de compromiso político y prácticas culturales de liberación, fueron las temáticas más desarrolladas entre las películas que llegaron a la muestra "pero después hicimos una selección porque la muestra está dividida en secciones, que abarcan también los vínculos, la salud, niñez y adolescencia, trabajo, migración y diversidad", señaló.

Voria aclaró que la sección que tiene que ver con compromiso político "es muy propia del cine latinoamericano", y añadió que "esto es muy interesante porque es recuperar la voz y el cuerpo de las mujeres en la historia de la región, a nivel colectivo y en sus luchas cotidianas que van desde el acceso a la tierra hasta la lucha por el derecho al aborto".

En este marco, la película que tuvo mayor convocatoria en el festival fue un filme donde se aborda la problemática del aborto llamada Las libres, la historia después una producción mexicana del colombiano Gustavo Montaña que relata la historia sobre las luchas por el aborto y las mujeres encarceladas injustamente por este tema en Guanajuato, México.

"El documental se traslada después a Estados Unidos y termina con la campaña por el derecho al aborto en Argentina", contó Voria.

El año pasado, en la 4ta. edición, la cinta más vista fue también sobre el tema, llamada Yo aborto, tu abortas, todos callamos, de la argentina Carolina Reynoso.

"Esto fue muy llamativo y reveló las demandas del movimiento de mujeres", enfatizó la integrante de Mujeres en Foco.

En este plano, precisó que "los tres aspectos esenciales de la muestra son la perspectiva de género, la riqueza estética y lo que tiene que ver con el tono en que se cuenta la historia, y con esto me refiero a que no tenían que ser materiales descriptivos donde el posicionamiento de la mujer solo sea el de víctima, sino que buscamos que habiliten al público a pensar salidas transformadoras de esa situación de opresión, de desigualdad o de lo que se trate".

De este modo, las cintas de la muestra se instalaron como un lugar de denuncia, de exposición de distintas realidades sobre la condición de la mujer, y de búsqueda de recursos para enfrentar estas problemáticas, para organizarse y empoderarse.

Voria hizo hincapié en la película Mujeres de la mina de las argentinas Malena Bystrowicz y Loreley Unamuno que retratan a tres mujeres que viven y trabajan en las minas del Cerro Rico de Potosí, en Bolivia, lugar emblemático del saqueo colonial español y espacio de trabajo de los hombres.

En ese filme, ellas abren, en un descarnado relato, "su intimidad para descubrir su historia de lucha y resistencia", como sostiene la presentación del documental.

Esta película "es un buen ejemplo de cómo conjugar las tres condiciones que mencionamos: la perspectiva de género, la riqueza estética y el tema de la lucha", expresó Voria.

El festival abarcó una importante producción de películas de Argentina, Bolivia, México, Nicaragua, El Salvador, Brasil, Costa Rica, Venezuela, Canadá, Estados Unidos, España, Suiza, Francia, Dinamarca, Alemania, Italia y Japón.

Voria destacó que hubo "una presencia importante de producciones españolas que marcan una tendencia iberoamericana de la muestra, más allá de que hay materiales de lugares remotos del planeta", dijo, y remarcó el carácter universal de las cuestiones de género.

"Ninguna problemática que aparece, sea del país que sea, resulta ajena, lo que podría llegar a haber es cierta variación en el tono, en el estilo discursivo y hasta estético", señaló.