“Su imaginación, su fuerza y su amor por la vida eran inagotables”, expresó Littin durante una entrevista exclusiva para teleSUR, donde relató que Gabo, como lo llamaban sus amigos, le contó que una vez tuvo un sueño en el que logró ver que venía a una mujer danzando al desgaire “y el desgaire, esa palabra lo llevaba a él a neblar otras y otras situaciones hasta elaborar la narrativa de un cuento, de una novela”.

Littín manifestó que aunque el también Premio Nobel de la Literatura (1982) era un investigador por naturaleza, le daba espacio en sus obras a la imaginación y a las historias que leía sobre la vida de libertadores y otros géneros que le ayudaban a armar una novela.

“El Gabo siempre antes de escribir un libro hacía una gran investigación de la vida de los personajes en los cuales se iba a inspirar, y luego que tenía todo ese acopio de información comenzaba a narrar la historia de estos personajes que ya habían traspasado la realidad para trasmutarse en personales literarios”, explicó.

De igual forma alabó que siempre las novelas del Premio Nobel comenzarán con una frase, que a su juicio, estaban cargadas de una “fuerza motriz enorme que echaba el relato hacia adelante”.

“Él antes de empezar a escribir El general en su laberinto recordaba un diálogo que Bolívar había dicho a su secretario, le dijo `vámonos de aquí volando que aquí no nos quiere nadie’, y así empieza la novela, y ese fue justamente el inicio para narrar esta novela”.

El escritor y director de cine chileno, Miguel Littin, aseguró que “la vida de él estuvo cruzada por el gran destino y por la gloria”, y que mantuvo siempre “la alegría, su fe y su esperanza en el futuro de América Latina”, tras comentar que durante las últimas conversaciones con su amigo Gabo, hablaron de la literatura y la política, además de otros temas.

“Quiero pensar que no está muerto, que eso no es exactamente así, quiero pensar que él permanece vivo en algún punto y que desde ahí el está sonriendo y escribiendo nuevas historias”.