“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

NOTICIA
  • El equipo de producción de Chola


    Chola, una película de feminismo y feminicidio
    Por Claudia Gonzales Yaksic

    Concluyó en Cochabamba el rodaje de la película Chola, la ópera prima de Carlo W. Pate Aparicio, un joven neoyorkino con raíces bolivianas e irlandesas que en su producción reivindica el importante papel de las mujeres de pollera en la vida del país y además aborda el delicado tema del feminicidio.

    En 2012 Carlo terminó sus estudios de comunicación, video y nuevos medios en la Universidad de Florida (Estados Unidos) e inmediatamente se puso a trabajar en el guion de esta película que narra la historia de una mujer que trata de sobrevivir en la calle y además intenta ahorrar para comprar un puesto en el mercado. Sin embargo, según cuenta el creador, un día desaparece su amiga con todo el dinero que ahorró dejándole a cargo de su hijo. Entonces, la mujer vaga por las calles con el niño en busca de su amiga y su dinero.

    Carlo está en Cochabamba desde mayo del año pasado trabajando en esta producción y lo que más le ha gustado de su historia es que la protagonista es una mujer “que es bien fuerte y sé que eso (el papel protagónico de la mujer) falta en las películas”.

    “Las mujeres en esta película tienen poder, pero también habla de temas de feminismo, feminicidio, derecho para la igualdad, la oportunidad, la búsqueda de oportunidades y el derecho para escoger”, dice el joven director sobre Chola.

    Además de las temáticas que aborda, en esta película sobresalen los horarios de filmación –de madrugada o al anochecer para economizar en iluminación– y también la relación estrecha que tiene la historia con el vestuario y el color.

    “Creo que sólo hay un hombre que usa algo rojo en la película”, dice Pate Aparicio, los demás tonos del vestuario oscilan entre cremas, cafés y beige.

    Sobre el título, Chola, que para muchos puede resultar ofensivo, el director de la película asegura que es sólo una palabra y “no es más que una combinación de letras que significan algo y el único poder que tiene es el poder que tú inscribes. Hay gente que puede pensar que es un insulto”, dice, pero aclara que para él no, porque las veces que vino de visita a Bolivia siempre ha visto a una cholita vendiendo algo y eso le proporciona la imagen de una mujer fuerte.

    “He visto que están ahí vendiendo en la calle y en el mercado y he visto que no hay nada más fuerte en este país que las mujeres de pollera, las cholitas”, manifiesta. “Yo siempre he estado rodeado de mujeres fuertes”, sentencia el director en referencia a su madre y su abuela.

    Por otra parte, sobre la posible transgresión que representaría usar el término chola en el título de su filme, Carlo W. Pate señala que el arte está justamente para eso, para empujar la línea. “No la rompes, pero la tienes que empujar”.

    Costos y locaciones
    Sin contar los gatos en pasajes aéreos, equipo de filmación, alimentación y los salarios del equipo técnico (unos 17 profesionales) que trabajó por puro amor al cine, esta producción demandó una inversión de más de 7 000 dólares.

    Por otra parte, en cifras resalta el número de locaciones, ya que el filme fue rodado en más de 40 locaciones ubicadas en sitios estratégicos de la ciudad de Cochabamba.

    (Fuente: lostiempos.com)


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