“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

CRITICA


  • O Futebol, sensaciones y afectos domesticados
    Por José Luis García

    El nombre del brasileño afincado en España Sergio Oksman es dentro del cine todo un sinónimo de rigor y calidad, que además viene acompañado de un escrupuloso respeto a la inteligencia del espectador. Sus películas tienen la particularidad de que brillan por sí solas y no se suelen parecer las unas a las otras. O Futebol es una ficción que está rodada imitando en algunos momentos determinados conceptos que se dan en el documental, presentando en su artificio el buen ritmo narrativo que acostumbra a caracterizar los trabajos de Oksman, quien para esta historia ha contado con la co-dirección de Carlos Muguiro debido a que Sergio es uno de los protagonistas del filme que se dedica a revisar la influencia que tienen los comportamientos de masas en la vida personal de un padre y su hijo.

    Los dos íntimos familiares hace 20 años que no se veían y en vísperas del Mundial de Fútbol de Brasil 2014, Sergio regresa a su ciudad natal, São Paulo, con la esperanza de ver los partidos con Simão, su padre, como hacía cuando era niño. Parece que es un plan perfecto para una reunión de padre-hijo: todo un mes juntos con una agenda diaria basada en el calendario de la Copa Mundial. Pero a medida que pasan los días, su relación comienza a vagar en un territorio desconocido, y su pacto de ver todo el torneo en conjunto se convierte en un ritual peligroso por el contenido de la relación familiar y el significado de determinadas actitudes que parecen las propias de unos clones emocionales desprovistos de personalidad propia.

    Con la premisa de que durante un mes se va a vivir otra realidad que se cree controlada, O Futebol entremezcla lo real y lo imaginado construyendo sobre esa fábula colectiva el microcosmos de un deseo mutuo de los dos familiares que, en cierta forma, quieren retornar a momentos del pasado en los que dialogaban sobre mitos como Pelé, Romario o Garrincha. El relato describe tránsitos de vida que podemos asociar a esos desplazamientos en coche que viven los dos protagonistas, deteniéndose en frases tópicas elaboradas para la ocasión que están viviendo y en aspectos como el nivel de importancia que ambos le dan a la familia, con sus miembros de las generaciones “pantalla”, muchos de los cuales dicen gustarle el fútbol pero que paradójicamente siempre han visto el balón desde lejos, o el hecho insólito en cualquier otro escenario de que te puedas poner a cantar con un desconocido en plena calle para celebrar el triunfo de un determinado equipo.

    La película tiene como trasfondo el mundo del fútbol, pero apenas hay imágenes de partidos -tan sólo un travelling con algunos jugadores brasileños formados cantando el himno en el campo-. Hay asimismo dos secuencias clave e importantes durante el filme, una en la que se ve el estadio del Mundial al fondo, y la otra en la celebración en un bar de uno de los goles de Brasil. Unos títulos que se van mostrando a lo largo del filme parecen estar adivinando el pensamiento central que articula todas las acciones y reacciones de sus protagonistas en esos instantes. Nueva sorpresa del cineasta brasileño que anteriormente nos acercó a la vida de Al Lewis o de los Modlins.


    (Fuente: Cinestel.com)


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