“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA
  • Luis Cintora


    Entrevista a Luis Cintora, director de Las huellas del sendero

    Había que ser un cabeza dura como Luis Cintora para conseguir los testimonios que incluye su documental. Aunque también le ayudó ser un extranjero que se dejaba acompañar solo con su cámara, y una visita en Ayacucho verdaderamente interesada en comprender cómo grupos que decían defender los intereses de campesinos se volvieron contra ellos en un conflicto interno de Perú que entre los años 1980 y 2000 cobró la vida de unas 70 000 personas.

    Realizado en clave testimonial Las huellas del sendero parece ser hasta ahora una de los pocas, si no la única investigación en formato audiovisual que recoge las versiones de senderistas, víctimas y militares implicados en el conflicto: “Mi planteamiento de base era llegar a una verdad colectiva”, explica Cintora sobre su trabajo que demoró dos años en terminar y otros dos en hacer circular por Sudamérica y Europa.

    Desde hace unos meses que Luis está radicado en Valparaíso, ya concentrado en otros proyectos. Pero las voces de los testimonios de Ayacucho no se callan, le persiguen hasta por las noches cuando duerme: “Yo he tenido pesadillas donde me arrestaban los del ejército. He llorado filmando esos testimonios con las personas, o sea, te afecta un montón escuchar este tipo de relatos, te digo es algo de lo que no te puedes… desde que decidí hacer este documental, no hay un día en que no deje de pensar en estas personas”.

    Yepan conversó con Luis Cintora para conocer el proceso de investigación y registro de este particular documental sobre el conflicto armado en Perú, que pone en evidencia testimonios de víctimas y victimarios.

    Luis, en primer lugar cuéntanos cómo surgió la idea de realizar este documental.
    Yo empecé a viajar por Latinoamérica como en 2005 pero era un viaje puramente vivencial, para conocer, para descubrir otro tipo de realidad que evidentemente no se conoce en Europa y, por pura carambola del viaje acabé conociendo Ayacucho. Ya al final de esa instancia conocí una casa hogar con niños huérfanos y discapacitados donde resultó que necesitaban personas que colaboraran, voluntarios. En ese lugar te daban alojamiento y comida a cambio de estar ahí trabajando, entonces estuve ahí por mucho tiempo en esta casa hogar, en distintas estadías y a lo largo de esta experiencia es que también comienzo a escuchar todos los testimonios del conflicto armado interno en Perú y en Ayacucho que es evidentemente el epicentro del conflicto, donde nace el Sendero Luminoso. A raíz de mi experiencia en la casa hogar empiezo a darle vueltas a la idea de hacer un documental sobre el conflicto desde la mirada de la población Ayacucha, porque yo había visto material pero siempre se trataba de dar la visión oficialista del estado, la versión desde el punto de vista más limeño que de la costa.

    ¿Y de ahí empezaste de inmediato a grabar?
    No, Las huellas del sendero tuvo que esperar un tiempo pues regresé a Europa a terminar otro asunto pendiente, pero en 2010 de nuevo vuelvo a Ayacucho ya con la idea de seguir trabajando en la casa hogar y al mismo tiempo empezar a filmar este documental. En aquel entonces estuve casi un año recogiendo material, viajando un montón por muchos de los pueblos que fueron golpeados por la violencia del conflicto tanto a manos del Sendero como a manos del ejército o de las rondas campesinas porque este es un conflicto de especial complejidad, no es como puede pasar en Chile o en Argentina donde hubo terrorismo de Estado únicamente. En el caso de Perú ha habido sangre y fuego por parte de distintos bandos; del Estado por un lado y del Sendero Luminoso por el otro  sumado también al hecho de que ha habido comités de autodefensa y rondas campesinas que también han tenido que ver en todo el tema de la masacre.

    De seguro fue un desafío encontrar la lógica del conflicto.
    Claro, hay un momento que incluso los historiadores y los estudiosos del fenómeno del Sendero no se acaban de poner muy de acuerdo cuál es la lógica, si es que hay alguna, pues en cierto momento se pervierte la idea original de Sendero Luminoso, que es un movimiento que dice defender al pueblo y que va a instaurar una dictadura del campesinado en Perú y de pronto empieza incluso a cometer masacres contra el propio pueblo, entonces ahí es donde empieza toda la guerra sucia porque el gobierno declara un estado de emergencia y manda a una serie de tropas combinadas que empiezan igualmente a asesinar a un montón de campesinos a masacrar a un montón de población pensando que son sospechosos de pertenecer al Sendero.

    ¿Y en qué momento decidiste que el documental debía incluir los testimonios de senderistas, militares y víctimas?
    El planteamiento de base fue dar voz a todas las partes del conflicto porque no hay muchos trabajos, o hay personas que dicen que incluso no hay ningún trabajo en el que se recojan estas versiones, es decir por un lado familiares de víctimas y víctimas y por otro lado excombatientes del Sendero y militares que también hayan tomado parte del conflicto. De alguna manera quería tratar de llegar a una verdad colectiva a través de la verdad de las distintas partes que evidentemente son antagónicas, de relatos del sufrimiento de todos estos testimonios, porque es un documental en clave testimonial que trata de llegar a algún tipo de entendimiento de que fue lo que pasó. Evidentemente cada parte defiende su versión hasta las últimas consecuencias, o sea al día de hoy 30 años más tarde, todavía siguen estando encasquillados en su discurso tanto los militares como los combatientes del Sendero.

    Decías que habías estado un buen tiempo investigando, con eso armaste el guion o lo fuiste escribiendo a medida que ibas registrando los testimonios.
    Yo tenía un guión que había hecho durante toda la fase de investigación pero evidentemente es un guion muy académico que finalmente cuando ahora lo comparo con el resultado final pues sí que tiene algunas pinceladas de lo que yo pensaba hacer inicialmente pero que evidentemente todo se complica mucho en el momento en que yo empiezo a filmar, cuando empiezo a hacer contactos en Ayacucho y empiezo a viajar a muchos pueblos. Digamos que es un trabajo que se va construyendo sobre la marcha, un working progress como dicen en ese tipo de lenguaje, pero también es cierto que yo iba con un planteamiento de tratar de entrevistar a militares y a senderistas.

    Imagino que fue un verdadero desafío intentar conseguir esos testimonios.
    Cuando yo llego de Ayacucho, gente que iba conociendo y que trabajaban en el mundo de las organizaciones que tratan a las víctimas del conflicto, incluso la misma gente de Ayacucho me decían -olvídate, o sea tú, más siendo gringo no vas a conseguir acceder a ningún militar y a ningún senderista y menos aún conseguir que ellos hablen ante la cámara. O sea es que eso… tú podrás plantear un documental desde el punto de vista de las víctimas pero jamás desde el punto de vista de los senderistas o del ejército- y digo tampoco es que tenga mucho que perder, o sea hay que intentarlo. Y realmente esa fue la parte más complicada del rodaje, llegar a dar con ese tipo de personas y que acepten hablar ante la cámara porque no fue nada fácil tampoco.

    Podríamos decir que ese es el gran valor del documental en el que trabajaste.
    Yo pienso que sí, sobretodo porque inclusive gente que pertenece actualmente al sendero que se escindió, aquellos que pertenecen al brazo político de lo que fue sendero inicial, parte de esta gente que fue más cercana al ejército me han reconocido, aunque están en desacuerdo en muchas cosas que sale en el documental, pero sí me han reconocido  el mérito de haber planteado esta iniciativa de aglutinar a todas las partes y que cada uno defienda lo suyo.

    Te dijeron que por ser gringo no obtendrías los relatos, pero al parecer fue justamente eso, “el ser gringo” lo que te permitió obtener estas historias.
    Hubo gente que pensó que porque yo era extranjero no iba a profundizar,  no contaban que soy muy cabezón, y es que cuando tengo una idea finalmente me obsesiono. También está el hecho de haber estado tanto tiempo ahí en ese lugar, o sea de hecho sigo trabajando en otro documental sobre la temática del conflicto. Llevo cinco años prácticamente dedicado a diario a esto. Hubo muchas personas que de alguna manera creo, se confesaban conmigo por el hecho de hablar con un extranjero que fuera totalmente externo a su comunidad, a su realidad. Eso les permitía compartir historias que mucha gente me decía no las habían comentado a casi nadie, o de repente le habían compartido a algún amigo muy cercano, a algún familiar pero no se habían atrevido a compartirlo a la comunidad por miedo a ser juzgados. En varias ocasiones me tocó oír testimonios muy fuertes, de violencia muy fuerte, de terminar de filmar ese testimonio y con las personas fundirnos en un abrazo y decir gracias porque realmente me siento ahora mejor por el hecho de haberlo compartido contigo, incluso ante la cámara pues quiero que la gente de afuera también pueda conocer lo que yo he vivido, lo que yo he sufrido.  Yo creo que ahí también el testimonio tiene un componente terapéutico, las personas  se liberan de toda esa carga que tenían ahí embotellada durante años y que no podían sacarla a la luz con sus propios vecinos, con sus propios familiares. Además son personas que a lo mejor no los vas a ver en mucho tiempo o quizás incluso no lo vas a volver ver pero han compartido el sufrimiento y se han deshecho de alguna manera de ese dolor al compartirlo.

    Aparte de ser extranjero, también en este proyecto trabajaste de manera muy solitaria, decías que eras tú, la cámara y nadie más.
    Sí, en principio es un proyecto totalmente personal. Yo me encargué de hacer toda la investigación, y he filmado todo el material aunque ya en la fase de postproducción sí que hay un equipo en España con el que sigo trabajando actualmente. Pero lo que es el rodaje lo planteé yo solo, claro que en algunas ocasiones encargué a personas que me ayudaran con una segunda cámara o aguantando el micrófono, o con las luces, pero ha sido un documental, al menos la parte del rodaje, muy personal y yo creo que eso aunque puede perjudicar el lado técnico el no tener un gran despliegue, también ha favorecido el grado de intimidad con esas personas, o sea que de repente si esas personas se hubieran visto rodeadas de cinco o seis gringos con cámaras observándolos, no se hubieran confesado de esa manera porque al final era una conversación de tú a tú conmigo en la mayor parte de las ocasiones, y yo notaba que llegábamos a profundizar gracias también a esa comunicación tan personal.

    Nos contabas que habías escuchado relatos muy crudos, de mucha violencia. ¿Te han afectado esos testimonios?, ¿De qué forma?
    Francamente es complicado, yo creo que al día de hoy pude haber escuchado centenares de testimonios de dolor y sufrimiento y me siguen afectando a nivel personal. Igual creo que eso es bueno, porque de alguna manera quiere decir que sigo sintiendo empatía, que no me he vuelto alguien inhumano que simplemente filmaba un testimonio. Hubo veces en que debí apagar la cámara y decir aquí no hay ningún tipo de necesidad de seguir con esto si no quieres. Pero sí que es cierto que afecta y que… yo he tenido pesadillas con el mismo Abimael Guzmán, pesadillas donde me arrestaban los del ejército. He llorado filmando esos testimonios con las personas, o sea te afecta un montón, te digo es algo de lo que no te puedes… desde que decidí hacer este documental, no hay un día en que no deje de pensar en estas personas y en toda esta temática  sobre todo porque sigo trabajando con la casa hogar, e implicado con esta temática del conflicto  tanto a nivel de documental como a nivel de investigación. También es cierto que al empezar a documentarme, a investigar esto de los testimonios era una faceta que no preví,  o sea yo no pensé que me iba a afectar tanto porque había abordado el guión desde un punto de vista más académico de investigación. Pero claro, leyendo informes, viendo videos, leyendo libros, pero una vez que tú estás en estos pueblos de los que has leído, estás delante de estas personas que son supervivientes de masacres, en muchas ocasiones el planteamiento cambia totalmente. A mi juicio no puedes tener un planteamiento académico cuando estás rodando un material de ese calibre.

    Hablemos del financiamiento de este documental. ¿Recibiste algún apoyo?, ¿gestionaste ayudas?
    Para mucha gente cercana este fue un proyecto suicida porque lo financié todo de mi bolsillo. Sí recibí un auspicio pero cuando vieron el avance del documental decidieron retirar al menos su logotipo y participación pues decían que tenían miedo que el sendero fuese a por ellos lo cual era totalmente absurdo porque ellos están en España y finalmente yo pienso que la gente que ha visto el documental ha sabido ver cuál es el planteamiento. Pero además de ese auspicio no he conseguido ningún otro, lo que he gastado es todo dinero de mi bolsillo más la colaboración de los compañeros del equipo de postproducción que están implicados también con la temática y que bueno, compartimos la idea de que la difusión, el poder dar a conocer ese material para nosotros es el premio. Ahora de nuevo estoy en las mismas, terminando un documental que es como de alguna manera el que va a cerrar el trabajo sobre el conflicto porque sería el sexto documental que hago sobre esta temática y bueno, sigo en la misma batalla de tratar de conseguir gente que apueste.

    Y de qué trata tu nuevo proyecto...
    El nuevo documental se centra en un episodio particular que es básicamente las violaciones a los derechos humanos cometidos en un cuartel que fue la sede del comando político militar en Ayacucho, donde se establece la jefatura cuando se declara el estado de emergencia. Es un cuartel donde se detuvo, se torturó e incluso se quemó a cientos de personas. Hay miles de desaparecidos en Ayacucho de los que aún no se han encontrado los restos y se supone que muchos de ellos están en las zonas aledañas a este cuartel. Este trabajo es muy vigente porque en la actualidad se están juzgando a quienes fueron los mandos militares de inteligencia del cuartel. De hecho estuve filmando en las audiencias judiciales este año.

    Estamos ahí en postproducción tratando de sacarlo ya, yo creo que de aquí a cuatro meses. A lo mejor puede que su distribución coincida con la de Las  Huellas del Sendero. En total tendría  tres en circulación: uno es La Huella del Sendero que es más general, el otro es El Expreso Cabanino que narra una masacre cometida por el sendero y el último que está en postproducción, el que trata sobre el cuartel militar se llama Te Saludan los Cabitos. Creo que así completaríamos la trilogía; uno más general y dos que narran la violencia de ambas partes

    y ahí tú cerrarías el ciclo…
    Yo esperaría que sí.

    Tienes ganas de cerrarlo imagino.
    En parte sí porque también quisiera tocar otras temáticas, liberarme un poco de todo esto.

    Tal vez podrías dedicarte al humor un rato, después de tanta crueldad y violencia…
    Sí, yo pienso que estaría bien cambiar un poco de registro porque de hecho el primer documental que hice en Mongolia sí que era en clave de humor, era mucho más liviano, más de aventura no tenía esta carga de tragedia. Lo que pasa es yo creo que una vez que empiezas a meterte en temas políticos sociales es difícil desvincularte y yo de hecho tampoco es que quiera desvincularme, pero sí que es cierto que también me apetece tocar otras temáticas. De hecho ahora estoy trabajando en un germen de proyecto con un colectivo de Valparaíso, con ex combatientes de la dictadura chilena.

    También pueden visitar su blog donde se da a conocer y se fomenta el apoyo a las iniciativas que trabajan con la infancia y la defensa de los derechos humanos en Ayacucho.

    http://www.cuadernodeayacucho.blogspot.com/

    * Luis Cintora. Málaga. Es Licenciado en Lengua, Literatura e Historia del Cine Francés e Italiano por la Universidad de Edimburgo. Para conseguir sus documentales e invitarlo a festivales y presentaciones, le puedes ubicar a través de su cuenta en  Facebook facebook.com/lucho.cintora  y también, en su correo luis@ahoraonunca.org

    (Fuente: www.yepan.cl)


CINEASTAS RELACIONADOS
Luis Cintora


BUSQUEDA DE TEXTOS









RECIBA NUESTRO BOLETIN

APOYO DE
COLABORACION
Copyright © 2024 Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Todos los derechos reservados.
©Bootstrap, Copyright 2013 Twitter, Inc under the Apache 2.0 license.