“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • Iván Mora: nueva voz del cine en Ecuador

    Es un joven cineasta ecuatoriano que llega del mundo de la publicidad y la música y ahora visita Dominicana invitado por la Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo con su película Sin otoño, sin primavera. Iván Mora Manzano es escritor, músico, guionista y director de cine guayaquileño de nacimiento, residente en Quito desde hace varios años. Durante 12 años estudió música, pero años después decidió insertarse en el cine iniciando por el mundo de la edición.

    Sin otoño, sin primavera es su primer largometraje de ficción. La película se estrenó el pasado año en las salas de Ecuador y se ha proyectado en suelo extranjero, obteniendo varias distinciones en festivales importantes.

    Para Mora no fue una tarea fácil introducirse al séptimo arte, y más cuando no había estudiado. Su historia profesional puede resumirse como una verdadera prueba de que con el arte se nace y no se hace, ya que el mismo cuenta que nunca estudió para ser cineasta; sus estudios superiores se concentraron en televisión y radio aunque nunca ejerció la profesión.

    ¿Cuándo decide introducirse en el mundo del cine?

    Inicie editando películas, no fue una decisión que tomé, las cosas se fueron dando de esa manera, por tanto fue algo que no pensé mucho, el paso de la música a la edición es fácil de dar y ahí empezó todo.

    ¿Siempre distinguió el séptimo arte?

    Siempre he estado cerca. Desde pequeño he tenido mucho acceso a la música, el cine, los libros y todo lo demás.

    ¿Qué le llena de satisfacción en el desempeño de su labor como director?

    Lo que me llena de satisfacción es poder compartir con el público mis ideas y, de esta manera, poder transmitir la realidad de mi país, viajar y que la gente vea la película y le guste para mí son las cosas positivas y que más me llenan de todo esto.

    ¿Qué considera que ha sido lo más difícil en su carrera como cineasta?

    Al principio, la parte económica, pero después uno se acostumbra y se das cuenta de que eso no es tan importante y que si se hace el trabajo bien, al final hay recompensa.

    ¿Qué alternativas sugiere para impulsar el desarrollo de las artes en Ecuador?

    Que las empresas privadas empiecen a ver el cine como una oportunidad.

    ¿Cómo ve usted a largo plazo el futuro del cine ecuatoriano?

    Lo veo prometedor, es un buen momento. Buscando diversos caminos estéticos. Y a su público también creciendo.

    ¿Cuáles son las razones por la cual el cine en Ecuador no ha tenido tanto éxito?

    Porque tenemos un público domesticado, acostumbrado a ir al cine a ver las mismas estrellas de Hollywood y a entretenerse viendo la misma película de superhéroes, se podría decir que es una costumbre de cultura. Pero esa imagen va quedando atrás. Ya el público es el propio protagonista de sus películas.

    Sin Otoño, sin Primavera es el primer largometraje de ficción que usted dirige. ¿Cómo surge esta idea y qué le motivó a llevarla a cabo?

    Una idea surge de muchos lugares: la memoria, el instinto, la emoción, la experiencia. La motivación era hacer una película que retrata algo que yo conozco, y así poder compartirlo. Son historias que vivimos a diario, que les pueden pasar a un amigo, es una combinación de nuestra realidad combinada con la ficción.

    ¿Pudiera adelantar la historia de esta película, sin contarla?

    Es un filme de relaciones sentimentales de jóvenes de clase media guayaquileña a los  que les gusta el rock. Son disidentes de diferentes edades que no se resisten a adaptarse al sistema. La historia se centra se centra en la vida de nueve jóvenes con historias no lineales que en el transcurso de la cinta se conectan entre sí. Lucas es uno de los jóvenes, estudiante de leyes, quien tiene su propia ideología, a la que llama “anarquía de la imaginación”, pero luego de que sus ideales se derrumban, cae en adicción a las pastillas para dormir. Otro de los personajes es Paula, quien se gana la vida vendiendo pastillas por una condición física y con el dolor por la falta de su padre, le han marcado su vida. Paula y Lucas viven un amorío en el cual ella tratara de conseguir la felicidad mientras él lucha por mantenerse despierto.

    Otro personaje es Antonia, a quien le gusta disfrutar la vida al máximo, pese a que sabe que le quedan pocos meses de vida , por lo que sigue manteniendo su estilo de vida fiestero. Ella le pide a su ex novio, Martín, ser parte de un triángulo amoroso sin límites y descontrolado, luego de que él regresara a Guayaquil después de ocho años de ausencia, con su prometida Gloria.

    Otro de los hilos de la historia nos lleva a Ana, quien luego de terminar su relación de forma violenta con Rafa, un joven empresario el cual odia su trabajo, se siente extrañamente atraída por sus vecinos Manuel y Sofía, espiándolos y manipulando su relación sentimental.

    ¿Qué impacto creó Sin otoño, sin primavera en el público?

    La gente se ha sentido identificada con la realidad que se proyecta. Toda película tiene su público, hay algunos que tal vez salgan del cine en medio de la película, quizás porque esa no es la historia que buscan, como al igual que otros tantos que la aplauden y les gustará.


    (Fuente: Listindiario.com.do)


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