“Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.
Gabriel García Márquez
Presidente (1927-2014)

ENTREVISTA


  • Alejandra Marino: "Pienso en un cine que se adentra en las transformaciones políticas colectivas y personales"

    En Como llegar a Piedrabuena (2013) Alejandra Marino indaga en la militancia social y política a través de un grupo de jóvenes comprometidos en la construcción de un futuro mejor para el barrio de casas y monobloks Comandante Luis Piedrabuena. "Los chicos están pensando y poniendo en práctica sus ideales. Con los bajones y choques que produce la realidad", dice la realizadora de Franzie (2010) y El sexo de las madres (2011) en diálogo con EscibiendoCine.

    ¿Cómo llegás vos a esta historia?

    En 2011, empecé a sentir la crítica virulenta en contra de los jóvenes que militaban. En aquel entonces uno de mis hijos se vinculó con un grupo que iniciaba su militancia territorial en el Barrio de Piedrabuena. Él está en el camino de la actuación y el día del niño organizaron una jornada para los chicos, y fui a sacar fotos. Tomé contacto con ellos, con la fisonomía tan particular de ese barrio social concursado en los setenta y construido en los primeros años de la última Dictadura Cívico Militar. Me atrajo la personalidad de los chicos, la forma en que se acercaban al barrio, cómo iban descubriendo e incorporando la política a sus vidas. Les propuse el documental, y aceptaron. Luego armé el proyecto y en el 2012 comenzamos el rodaje que se prolongó durante un año.

    ¿De qué manera fuiste eligiendo a cada uno de los protagonistas y que te motivó a que sus historias personales fueran parte de la película?

    Los protagonistas surgían de las propias actividades que realizaban en el barrio, de su compromiso con los vecinos. También desde sus reflexiones ideológicas. Los estudiantes de abogacía que dan asesoría legal a los vecinos, los que dan apoyo escolar, teatro... Una de las chicas estaba terminado su carrera de cineasta y se incorporó como asistente de dirección, otro de los chicos hizo su primera experiencia como director de fotografía y también como militante, jóvenes del barrio que se iniciaban en la política acercándose a la agrupación que en esos momentos estaba buscando un nombre que la representara. Yo no quería que fuera una película distante o con acento en los encuadres. Pude acercarme a algunos vecinos, conocer sus conflictos personales. No quería victimizar el barrio. Intenté ser sincera con mi mirada.

    ¿Lo ves como un documental sobre la militancia o también sobre el barrio de Piedrabuena?

    Es ambas cosas, tal vez es la tensión entre el ingreso de los chicos militantes y la estructura del barrio.

    ¿La elección de no mostrar hasta cierto punto de la película la ideología política de los militantes a que se debió?

    Se debió a que venían de distintos espacios. Haciendo un arco amplio te diría que entre el peronismo y la izquierda, gravitando más el peronismo. Siempre apuntando a la conciencia social con ese ímpetu que los jóvenes imprimen cuando se comprometen. Estuvieron buscando su nombre y cuando lo encontraron fue el momento de cambiar otra vez. Lo que no cambiaba ni cambió es su compromiso, incluso en los que dejaron la agrupación o militan desde otros ámbitos de la vida.

    Hoy hay cierta estigmatización sobre la militancia que la película refuta en todo los sentido. ¿Por qué crees que es así?

    Creo que porque me pasa a mí, no soporto las estigmatizaciones. Y tal vez porque veo la vida como transformación permanente. ¿Cómo se los estigmatiza?: son peronistas, son kirchneristas, son vagos de planes sociales o contratos, bla, bla, bla… Y lo que viví es que son jóvenes en estado de transformación, acuñando ideales, compartiendo su tiempo, pensando, ¿te dás cuenta? Los chicos están pensando y poniendo en práctica sus ideales. Con los bajones y choques que produce la realidad.

    ¿Y ves que esa estigmatización es paralela a la que hace sobre ciertos barrios como Piedrabuena?

    Ese barrio es muy rico en su complejidad y diversidad. Sus habitantes lo quieren mucho, creo que les da cierta identidad. Y para muchas familias fue su primera casa. Se lo estigmatiza porque nació apartado del resto de la capital, sufrió el descuido y la falta de políticas públicas.

    ¿Notás que hay un cambio en cuanto a la forma de militar con respecto a otras épocas?

    Creo que hay la misma entrega, la historia hoy es diferente. Y me parece que los chicos lo saben.

    ¿Hay también un cine militante también?

    Pienso en un cine que se adentra en los conflictos sociales, en nuestra historia, en las transformaciones políticas colectivas y personales, en un cine que cuestiona y que interroga también desde su estética.


    (Fuente: Escribiendocine.com)


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