publicación No. 5

  ISSN 2218-0915
De Mérida 1968 al primer encuentro de documentalistas siglo XXI
Edmundo Aray


Por una estética cinematográfica brasileña
David E. Neves

Compartir en las redes sociales

De Mérida 1968 al primer encuentro de documentalistas siglo XXI
Edmundo Aray

Hace 40 años se producía la primera muestra de cine documental latinoamericano. El escenario fue la ciudad de Mérida, Venezuela.

El encuentro, organizado por la Universidad de los Andes, se caracterizó por la búsqueda de compartir experiencias, crear nuevos espacios de difusión, conocer y conocerse, en torno a una vívida producción emergente.

Con un espíritu contrario a los postulados del espectáculo hollywoodense, la muestra no convocó por cierto a las estrellas rutilantes del cine, sino más bien a los cineastas que a partir de mediados de los 50´ registraron la realidad latinoamericana expresando sus crisis, sus propuestas de cambio, sus movimientos sociales, culturales y políticos. En síntesis, aspectos ocultos o ausentes en los medios de expresión audiovisual hegemónicos. El contexto histórico planteaba una militancia social sin precedentes. Es que la revolución cubana estaba muy próxima, la guerra de Vietnam hacía tambalear al imperio, el mayo francés hacía soplar vientos frescos de emancipación. Este contexto es el que marca el inicio de los encuentros de otro cine, aquel que fue llamado político, imperfecto, nuevo, audaz, militante, latinoamericano.

La muestra de Mérida reafirmó el lugar central que ocupaba el cine con propósitos de intervención política inmediata. Rescataba al documental como el género propio del cine latinoamericano —porque en él se inician sus cineastas— y porque se lo concibe en una relación de necesidad respecto a la realidad regional (…)1
Mérida fue una bisagra entre dos importantes ediciones del Festival de Viña del Mar (Chile, 1967 y 1969) que sostuvieron también encuentros entre cineastas que, en su mayoría, no se conocían.

Fue así como en la muestra venezolana confluyeron los que hoy son referentes de las nuevas generaciones: Santiago Alvarez (Cuba), Jorge Saijines (Bolivia), Mario Handler (Uruguay), Fernando Solanas (Argentina), que formaron parte de una delegación que reunió a más de treinta cineastas de la región.

¿Cómo pensar un cine que camine junto a los pueblos, que le de voz a quien nunca la tuvo? ¿Cómo hacer que el cine vaya hacia el pueblo y no esperar que el pueblo vaya al cine? ¿Qué deben hacer los cineastas latinoamericanos, para lograr un circuito alternativo de distribución de estos materiales que identifican a la región por su pasado histórico común, por sus causas comunes? ¿Qué hacer con los movimientos políticos, qué hacer para lograr la liberación, qué hacer con las dictaduras?

Posteriormente, en 1974 se desarrolla el Encuentro de Cineastas en Caracas, con el apoyo del Instituto de Cine Cubano (ICAIC). Se crea el Comité de Cineastas de América Latina (C-CAL). Se constituye, entre otros objetivos, como una base elemental de organización para promover el trabajo de solidaridad y reflexión.

En 1977 se desarrolla nuevamente el Festival de Cine de Mérida, Venezuela, en el mismo se reúnen los miembros del C-CAL. Participan los cineastas Miguel Littin, Manuel Pérez Paredes, y se incorporan Walter Achugar (Uruguay), Pedro Rivera (Panamá), Raymundo Gleyzer [1941-desaparecido] (Argentina) y Edmundo Aray (Venezuela).

Ya en ese marco las dictaduras latinoamericanas se desarrollan implacablemente dejando como saldo decenas de cineastas exiliados, desaparecidos o perseguidos. En los tiempos de exilio las redes consolidadas en los encuentros y festivales sirven de apoyatura para generar producciones críticas y espacios de circulación entre exiliados así como también asistencia y asilo político para los cineastas perseguidos. Tiempo después, a partir de 1979, el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba, se transforma en un referente para los documentalistas en el exilio.

El reestablecimiento progresivo de las democracias latinoamericanas posibilita la reconstrucción lenta de una cinematografía que toma contacto con las obras de los 60´-70´. Hoy nuevos autores, nuevos colectivos, desarrollan caminos paralelos en cuanto a búsquedas y temáticas guiados quizás por la misma brújula: la de la necesidad de contar lo que los medios masivos y el cine comercial descartan, desarrollando temas que plantean cambios en un nuevo siglo que nace.

Las nuevas tecnologías hacen posible la multiplicidad de autores, las nuevas escuelas de cine generan espacios de encuentro y reflexión, los escenarios históricos y políticos latinoamericanos plantean nuevas crisis.

Tenemos hoy, en el siglo XXI un contexto en donde los pueblos realizan otra escritura de la historia. Y allí están los documentalistas, produciendo con cámaras más asequibles, compaginando con programas de edición al alcance de la mano, exhibiendo en espacios públicos que sobrepasan las salas cinematográficas.

La necesidad de narrar y de exhibir, de denunciar o debatir, son los motores que movilizan formas inéditas de producción y exhibición documental.

Quizás el impedimento para sostener dicha producción y darle un alcance trasnacional, conformando una red de exhibición sustentable en el tiempo, sea el mismo problema de los cineastas del 68. El presente proyecto propone reabrir un espacio para rediscutir y empezar a resolver estos problemas. Una forma de compartir saberes y experiencias entre pares, para que este cine llegue de manera eficaz al destinatario para el cual se ha realizado: los pueblos de Latinoamérica.

Se trata entonces de restituir a Mérida el valor simbólico de faro del cine documental latinoamericano, sin perder las raíces del 68, pero con vistas a desarrollar estéticas, temáticas, formas discursivas, acciones, producciones y exhibiciones de cara al nuevo siglo, en pos de una Latinoamérica libre, justa y feliz.

Nota
1 Metsman, M. «Postales del cine militante argentino en el mundo».  Revista Kilómetro 111, Ensayos sobre cine, sept. 2001.


-----------------------------------------------
Edmundo Aray (Maracay, 1936). Cuentista, poeta, investigador, director, editor, cineasta y ensayista. Su obra ha sido traducida al inglés, alemán, árabe, japonés e italiano. Es fundador del Comité de Cineastas de América Latina, Miembro Fundador de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y de sus Consejos Superior y Directivo. Fue Director General de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba, entre los años 2000 y 2002. También dirige la filial de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, Capítulo Mérida, y ha sido promotor de diversas publicaciones relacionadas con el nuevo cine latinoamericano.

- www.cinecic.com.ar/
- www.cinematecadistrital.gov.co/servicios.htm
- www.cinecubano.com/persona/escuela.htm
- www.cubacine.cu/directorio/icaic.htm
- www.filmotecadeandalucia.com/
- cuib.unam.mx/mapabiblio/datosbiblio.pl?biblio=416
- www.documentalcolombia.org/index.html
- www.enerc.gov.ar/inst_biblioteca.html
Dirección : Juan Carlos Sardiñas López
Edición : Beidy Medina Villasuso
Imágen : Alejandro Celada Sanz
Diseño: Joany Savigñon

Copyright © 2024 Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Todos los derechos reservados.
Calle 212 esquina a 31, Quinta "Santa Bárbara", Reparto La Coronela, La Lisa, Ciudad de la Habana, Cuba